Anoche tras la ultima estrella te senti y te recordé, la brisa nocturna fue vehículo fácil de un violín que alababa a Chango, mi campanilla danzando tintineos a Ochun , Yemayá frente a mi entre sonrisa y lágrimas y yo lanzando flores al mar para obtener su perdón ,la vida se iba de mi en medio de un mar de sangre, mientras los perros esos que oías algunas mañanas en algarabía ladraban a Babalú-Aye, a lo lejos y en medio Obatalá tocaba su pandereta para espantar los ruidos que perniciosos faltaban el respeto así como yo en medio de ellos, Eleggua riendo pidiendo sus dulces y apretando el collar rojo y negro que me dejara tu hijo antes de irse de mis entrañas, Ogun cerrando mis puertas ,tus puertas y escondiendo las llaves, yo queriendo hablar y las palabras solo en mi cabeza Yewa me guardaba de la palabra sin sentido, yo en medio de todo , dolida , herida en llanto y el corazón hinchado en mi pecho y las lágrimas en la garganta atascadas sin poder ascender y brotar de mis ojos ,Ochosi preservando de los daños silencioso resguardaba.

El dolor de su partida y tu no estar y yo ahí en medio de todo, mi sangre hirviendo en las venas, mi sangre negra en grito desesperado llamando, buscando derramándose en muerte y nada ya no estas…y yo mirando buscando de algún modo olvidar y no sentir pero ellos en medio de la noche y tu recuerdo…Osaín me recomendaba un te de tilo para calmar la ansiedad y los nervios , Aggayu presto a ayudarme se ofrecía a cargarme en sus hombros para que pudiera escapar de todo a la marcha de sus grandes pasos, Obba aconsejándome que cortara una de mis orejas para que sintiera solo la mitad de todo, Inle mostrándome la salida para que al menos un segundo encontrara la serenidad que buscaba…
Los Ebeyi juguetones querían jugar con mi ensortijado pelo y mi cabeza, mientras Oya llamando a la calma lanzaba un latigazo de tormentas… y tu imagen se perdía entre los miles de segundos que me separaban de ti y tu partida , dos columnas blancas entre las que la sangre marcaba camino, mis ojos se cansaban de resistir y el llanto como lluvia inundando mi cara, Orula nunca se equivoca, tu semilla se ha perdido en medio de un mar rojo que ahoga y tu…ya no estás.

Kalanidhi//CUCUSA