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Inicio / Cuenteros Locales / cisco_marcos / 05_El círculo de Heaven (La Urna de Bakal)

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5. LA URNA DE BAKAL

Se marcharon, fueron conducidas a una habitación muy lujosa con varias fuentes y enormes colchones elegantes. Allí, María comentó lo que le había pasado. Habían visto el ojo de Minina levitar hacia ella, y ya que pensaban que era el ojo de Heaven, creían que ella era la diosa Heaven. En ese momento, mientras Miranda le reprochaba el haberle dicho a todo el pueblo que ella era la diosa del sexo, entró un monje a la habitación
- OH! su majestuosa y siempre bella divinidad. El Peregrino no tardará en llegar para hablar con usted, tenemos a algunos de nuestros guardias buscándolo por este mundo. No sé si debería aconsejarle ir, pero la Dueña Oscura insiste hablar con usted- dijo el monje, y haciendo reverencias, salió de la habitación.
María se encaminó a la habitación donde el Sumo sacerdote había entrado para preguntarle donde podría encontrar a esa tal Dueña. Abrió la puerta y vio al Sumo sacerdote con dos hermosas mujeres y un joven desnudos en medio de una apasionante fiesta de calificación obscena. El sacerdote parecía embriagado por el alcohol, pero al percatarse de la presencia de María, se bajó la túnica, y se aproximó a ella como si no hubiera visto nada de lo que allí estaban haciendo
- ¡¡¡Así que sea la última vez que veo a mis esclavos personales haciendo este tipo de cosas, que bien sabéis que están prohibidas en el templo!!!- les gritaba mientras se acercaba - Disculpe su excesiva lujuria, Oh! hermosa diosa Heaven, que deseaba?
- Querría ver a la dueña oscura! – dijo María sobreponiéndose a los acontecimientos
- ¡No vaya a ese sitio! es muy peligroso incluso para la grandiosísima diosa Heaven, ya lo debe saber usted. Al menos, espere a que llegue el Peregrino para que él le acompañe, él le ayudará a vencer su malignidad.
- ¿Crees que yo, la diosa entre las diosas, necesita la ayuda de alguien? estás bastante equivocado. Ahora dime cómo llegar - dijo María
- Se encuentra en la segunda casa a la izquierda conforme sale del templo. Pero, si va a ir, no se fíe de nada de lo que le diga, sólo busca la maldad - dijo el sacerdote.
María salió fingiendo estar enojada, dejando la puerta entreabierta. Salió del templo, y entró en el sitio indicado. Parecía una casa en ruinas, y se encontraba en medio de la oscuridad. María entró por la puerta que sólo se mantenía cerrada por una densa cortina negra. Dentro del pequeño lugar había una pila de agua, y al otro lado una mujer tapada por una túnica oscura que le ocultaba el rostro. Antes de que María entrara ella dijo
- ¡Así que se trata de Orly! - María se quedó extrañada
- No, se equivoca, yo soy Mar..., la diosa Heaven – dijo con voz insegura
- Vamos María, no me niegues tu identidad. A mí no. Además, yo creo que sabes perfectamente quien es Orly – dijo la mujer con total seguridad
- Siento decepcionarle, pero no sé quien es
- ¿No te suena el nombre del joven por el que sacrificaste tu ritual de pérdida de la virginidad?, yo sé quien eres, princesa, y sé lo que pasó aquella noche. Aunque si no le conoces….pensaba hacerle resurgir del mundo al que tú le mandaste…
- ¿De donde? – preguntó María inquieta
- Tú lo mataste mandándole solo a aquel bosque sabiendo lo peligroso que era. – dijo la mujer sin apenas darle importancia. A María se le empañaron los ojos en lágrimas – Sin embargo…yo podría hacer que reviva para siempre. Os puedo dar la vida eterna para que viváis tranquilos los dos. También haré que puedas llegar a la Columna Albina sin problemas si quieres, y así podríais reinar los dos como dioses supremos
- ¿Qué me pides a cambio? – dijo María dispuesto a darlo todo. Aquellas palabras habían hecho crecer algo en su interior. La bruja entonces le extendió un largo papiro
- Si no cumples lo que se te pida, además de dejar a Orly en el otro mundo, serás encerrada en la urna de Bakal para siempre
- Haré lo que haga falta si me prometes que cumpliras con todo lo que me has ofrecido- dijo María.
- ¡Que así sea! – dijo la mujer de pronto, le cogió una mano, y con un afilado punzón le hizo una herida bastante profunda que emanaba sangre de todos lados y la restregó por todo el papiro dejándolo impregnado de sangre. María estaba asustada, y la mano le temblaba del dolor. Habría esperado un tiempo para recapacitar, ya que todos le habían recomendado alejarse de aquella mujer, sin embargo todo aquello pasó demasiado rápido.
- ¿Qué le haría falta para que todo eso se cumpla?
- Mata a Dean – dijo la bruja - Mátalo María y tendrás todo lo que deseas. Mata a Dean y a Miranda si se pusiera de por medio. Si no lo cumples no saldrás con vida, ya sabes lo que contiene la urna de Bakal. La urna de Bakal era un mito conocido en todo el mundo, y se decía que allí estaban todos los seres horrendos de Bakal encerrados. Según se contaba, en la época en la que se crearon los seres humanos, Bakal hizo su propia versión de la vida, una versión cruel y horripilante. Más tarde, Heaven, antes de casarse con él, obligó a Bakal a encerrar a todas sus criaturas en la urna para conservar así la belleza del mundo. Dicen que si alguien encontrara la urna y la abriera, las bestias quedarían libres por todo el mundo causando el caos y la destrucción. María se levantó asustada y se fue de allí, sujetándose la mano herida, pero fue que, al salir de aquel lugar y darle la luz del sol, la herida ya no estaba, sólo le quedó una profunda cicatriz, nada más.
María estaba confusa, no sabia que debía de hacer, desde pequeña le habían educado para desear la muerte a todas las nanditas y bakals, pero no a ellos dos, y si se negaba, quedaría encerrada en aquella mítica urna de la que no la podrían liberar sin desatar con ello una amenaza en su mundo. Fue hacia la habitación, y cuando abrió la puerta vio a Miranda y a Dean, sonriendo y con caras de curiosidad. No, aquella no era para nada una situación cómoda, no sabía qué contarles, ni cómo explicarles lo que había pasado, pero una cosa estaba clara: tenía que entrar. Y entró. Al ver sus efusivos saludos y sus risas, María no tuvo más remedio que contárselo, pero sin decirles que había accedido al trato. Al explicárselo, Dean soltó una risa a carcajadas
- La urna de Bakal es solo un mito, nadie cree que exista, yo creo que te quería utilizar – dijo Dean, y en ese momento, entró el Sumo sacerdote.
- Lo siento su preciosísima diosa Heaven, pero escuché que hablaba usted de la urna y…creí que debería ver esto. – dijo el Sumo sacerdote y le enseñó lo que parecía una preciosa urna dorada - Se cree que ésta es la urna de Bakal. se ha estado manteniendo en secreto por este templo durante años para no alarmar a la gente, pero a la diosa Heaven no se le puede ocultar nada
- ¿Cómo osas espiar a los dioses, mortal insignificante? – dijo María - Ya sé que no me puedes ocultar nada, sabía que estaba aquí y éste es el verdadero motivo de mi visita. Ahora retírate y vuelve a tus asuntos de faldas con tus esclavos.
- Disculpe – dijo el Sumo sacerdote retirándose. Miranda y Dean estaban intrigados por esa superioridad de María ante el Sumo sacerdote, pero era mucho más imponente la presencia de la urna. Quizás sería otra falsa reliquia como el ojo de Heaven, pero merecía la pena comprobarlo.
- La abriré – dijo María, y antes de que nadie les pudiera detener...la abrió...

Texto agregado el 03-02-2008, y leído por 111 visitantes. (0 votos)


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