Vuelven las nubes a teñirse de negro,
vuelve el corazón a vestirse de luto,
vuelve la agonía, el disgusto,
el dolor, el llanto, el silencio.
Vuelve el aliento a quedarse sin aire,
en un viejo cansado que al postrarse
repite sin parar esa vieja frase:
”no, no somos nadie”.
Vuelve a cumplirse la ley más sencilla,
aquella que nadie quiere cumplir,
vuelve el recuerdo más infeliz,
vuelve una lágrima a mojar las mejillas.
Vuelve el colchón a sentirse vacío
y a sentirse ignorada la almohada,
se vuelve turbia la alborada
con el lloro desconsolado de un crío.
Vuelven las penas a trepar como la hiedra,
vuelve la llama a estar apagada,
vuelve todo a saber a nada,
vuelven tus alas a enterrarse bajo tierra.
Volverán la pena y la lágrima a ponerse de acuerdo,
volverán a levantarse en humo las cenizas,
volverán viejas fotos a romperse a trizas,
pero nada, absolutamente nada, borrará de mi mente tu recuerdo.
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