Cuando Benito llegó ya llevaba yo fumados siete cigarrillos; light por supuesto. Benito palideció y me hice la lesa.
-Está claro que no has podido dejarlo- sentenció con su acostumbrada arrogancia Benito.
¡Como le complacía refregarme en las narices mi falta de voluntad!
¡Como me complacía yo al pensar en mi gran fuerza de voluntad!
Cuarenta y tres años juntos y ya le quité casi todas las manías. Dejó los porros. Dejó el mate. Dejó a su mujer y a su madre. Dejó las fiestas. Dejó el copete. Dejó los benzodiazepínicos y a la iglesia. Dejó el café. Dejó la guitarra. Dejó “El PARTIDO” y su conciencia. Dejó el auto. Dejó las minas. Dejó el fútbol. Dejó el azúcar. Dejó los libros, la música. Dejó pinceles, telas y óleos.
Padre... ¿Hasta cuando insistes en que deje de fumar?
Texto agregado el 02-02-2008, y leído por 223
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Lectores Opinan
21-08-2008
aparece cierta ironia,que hace que se acerque a cierta cotidianeidades,aunque parezca chiste,paradoja,yo practicamente deje de fumar y que...? isamore