Llegué tarde

Llegué tarde al trabajo,
pero eso no me interesa
pues sigo pensando
que, el que me trajo,
resultó ser un microbusero de mierda.

Manejó como loco,
frenaba muy poco
y dejó subir a mucha gente
aunque la policía estuviera en frente.
Ofendió a medio mundo
y tiró al traste su dignidad
cuando intentó atropellar
a un vagabundo.

Pero lo peor llegó
cuando este descendiente de perros,
Por falta de frenos,
A una mujer botó.

Con todas sus fuerzas
ella se sostuvo de un barrote
mientras lanzaba promesas
de matar a ese “cerote”.
Sin embargo el miedo pudo más;
cuando vio sus piernas colgando
en plena calle Santo Tomás,
y oyó a la gente gritando.

El microbusero paró y la hizo bajar.
Sin preocuparse de su suerte,
la juzgó fuerte
para llegar sola al hospital.

Mucha gente indignada
se bajó con lágrimas en los ojos
queriendo ayudar a la golpeada
y denunciando al loco.

Él siguió su camino
con los que se quedaron en su asiento
y sin miedo a la autoridad
a todos les dijo una barbaridad.

Por supuesto
me quedé en la calle y comencé a caminar,
llegué tarde a mi puesto con el conocimiento de que,
en el trabajo siempre alguien me acusa.
aunque tenga una buena excusa,