Un paseo por Gran Vía
cuando el Sol va a caer,
la noche por compañía,
no lo dudes, acércate,
y cuando dobles la esquina,
princesas de cuento sin hadas
juegan a ser mujer,
apoyando su espalda
contra la fría pared.
Tranquilo, paciente te espera,
ella te hace hueco
entre sus caderas,
entre sábanas terciopelo
y una oscura habitación,
sin escalera,
con cena para dos,
en calle Montera.
Si nunca estuviste allí
y no sabes la dirección,
si quieres volver a repetir,
nunca digas que te la di yo,
eso sí buen amigo,
no te vayas a enamorar,
escucha bien lo que digo,
o no habrá remedio para este mal.
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