Un grito fuerte sale de mi garganta, e incorporándome me toco todo el cuerpo. Estaba en la cubierta de mi lancha, con mi traje de buceo puesto y en un costado a mi lado todo el sistema de aire con cilindros y mascarilla.

Era de noche y me había sumergido temprano en la mañana. Pero ¿Había sido un sueño? Hacia mi embarcación se dirigían varios botes y la lancha de rescate de los marinos, dando voces.
Los buzos me decían: ¿Compadre a donde se había metido? Lo buscamos toda la tarde y ya lo dábamos por muerto. Yo aún tenía la mirada y el pensamiento extraviado y no sabía que decir.

El oficial de marina me dijo - ¿Qué pasó con su radio que no respondió a nuestro llamado? Sus papeles por favor y pasando abordo me siguió a la cabina de mi embarcación. Encendió la radio, funcionaba perfectamente y mirando mi documentación me dijo: Usted sufrió un desmayo y por lo que veo ya es hora que arregle su traje de buceo. Tiene un desgarrón en su hombro izquierdo.

Ahí me senté mientras tocaba el daño en mi vestimenta, se me vino todo a la memoria.
El ataque de las sirenas, las luces en esa caverna. Nereida, la hermosa mujer que ingreso a mi mente. Nereida ¿Dime que todo no fue producto de mi mente? No quiero volver a enfrentarme con esos monstruos sirenios.

Mientras pensaba, en el remolino de mis pensamientos y de las emociones sufridas, y por otro lado, el oficial de marina me decía: Usted subirá a nuestra embarcación y yo haré que un tripulante de mi patrullera conduzca su lancha a puerto y de ahí pasara a que lo revise un médico para constatar su estado físico y mirándome termina diciéndome: y mental, vamos.

Papeleos y más papeleos en la Gobernación Marítima. Había zarpado con autorización y bien claro mi destino. De ahí fui derivado a un examen médico.

Cansado y exhausto llegue a mi casa y me derrumbé en mi cama sumiéndome en un letargo, como en un semi sueño y a saltos. Mi mente estaba desquiciada y no encontraba la salida ni la explicación a lo sucedido y de ahí a la inconciencia.

En medio de la noche siento que me llaman: Hombre…hombre ¿Estas? Me siento de un salto, escrutando la oscuridad de mi pieza: ¿Quien es? ¿Quien anda ahí? – La voz suena otra vez en mi cerebro: Soy yo Certeza. Nereida para ti.
Nereida ¿Y como has llegado hasta mi casa? No..No, fue su respuesta: Yo sigo allá donde me encontraste.
Estoy confundido, no se si son falsos pensamientos o solo es un juego de mi mente. No te aflijas. No te confundas dijo ella. - Yo soy como tu y estoy viva y estamos unidos por nuestras mentes y por la limpieza de tus sentimientos.

Hemos leído todos los recovecos de tu mente y hemos visto que eres un ser entero y sapiente. Que no eres como todos aquellos que solo buscan el dinero, la fama y eliminar a otras vidas.
Pero dije yo: Ataqué a uno de tus soldados. No te aflijas - me llego su claro pensamiento.-Ya está bien y arrepentida; antes de atacarte debió leer tu corazón.

Dime Nereida ¿Porque me buscas? Ven me dijo – Llega hasta la playa, moja tus pies en el agua. Anda.

Y así lo hice, sentía el refrescante ir y venir del mar en mis pies. Ella llegó a mi lado saliendo de las olas, como una Venus hermosa y reflejada en luz de luna en la playa.

Tomándome de la mano me lleva un poco lejos de la orilla. Se sienta y me invita a hacerlo y mi mente se llena de música y de colores, mientras su voz dulce va diciendo: - Te contare una historia:

Nuestra civilización es muy antigua y de mucho poder e inteligencia. Vivíamos en un continente llamado Mu en medio del océano Pacífico. Este lugar donde estamos ahora, estaba a varios miles de metros bajo el mar.
Toda esta cadena montañosa llamada Los Andes no existía. y continuo:Te diré que si vas a Tiahuanaco, en Bolivia, veras que en ese lugar hay argollas para amarrar navíos de gran peso. --Ese era un gran puerto nuestro, de lo que era entonces Sudamérica.

Levanté mi mano para decirle algo, pero no me dejo diciéndome: Espera, pon atención. -Estamos unidos para siempre en el pensamiento. y continuó: Todas las costas del océano Pacífico eran otras.

Al hundirse el continente Mu por un cataclismo, apareció entonces La barrera montañosa de Los Andes. Lemuria fue el último baluarte de nuestra civilización encima de la tierra. Nuestras colonias tan lejanas como Poseidonis en la Atlántida, también se hundieron en el mar.

Todos los cataclismos han ocurrido y seguirán ocurriendo, porque la tierra en su interior tiene un sol que con su fuerza y calor empuja los continentes; haciendo surgir unos y hundiendo otros bajo miles de metros de agua.

Los egipcios, los griegos, los mayas y sus herederos los aztecas, los incas y quechuas; todos fueron influidos por nuestras ideas y conocimientos. Eso sí, todas esas civilizaciones le dieron a sus culturas su propio cariz y su propia forma de entendernos. Entre nosotros no existe el sacrificio humano y menos la guerra.

Por ahora te diré lo último y así vayas a descansar:

Seguramente tu has leído sobre las líneas de Nazca con sus figuras, que solamente se pueden ver desde las alturas. Son simbolismos de la cultura Nazca como un tributo a su encuentro con nosotros.
Y nosotros a su vez como una unión con esa cultura, tallamos en la arena frente al océano pacífico “Un tridente símbolo de nuestra civilización” con más de 180 metros de largo. Para que nuestras naves voladoras pudieran encontrar el lugar preciso donde posarse.

Debo decirte que allí donde se encuentra el tridente está nuestra ciudad marítima más grande en este continente, bajo las aguas del océano pacífico. En esa mi ciudad hay naves voladoras, submarinas y de superficie. Todas indetectables

A continuación me dijo: Busca, lee, se curioso, indaga. Hay maravillas aquí en nuestro planeta aún sin descubrir. Solo atine a decir: ¿Existe la tierra hueca?
¿Ustedes son los pilotos de los ovnis?
Y me respondió: Eso pregúntale a los norteamericanos. Ellos saben la verdad de eso.

Dándome un beso en la frente se dirigió al mar hundiéndose en las olas. mientras me llegaban aún sus pensamientos: Yo vendré a buscarte y te llevare para que veas las maravillas atlantes y sepas que son las Pléyades – No olvides que todos somos vida, en este planeta.
Si por tu costumbre comes carne de animales y tú eres uno de los que los matas. Pídele permiso a ese ser que la vida quitas. Dile que lo necesitas para alimentarte.
Igual hazlo con los vegetales. Ellos gustosos se ofrecerán a alimentarte, porque te sabrán honesto y honorable. No olvides, todo vive y vibra, incluso nuestro planeta………

FIN

Nomade…Sentado a la entrada de su tienda, admirando el hermoso ocaso de su día