Querido señor:
Hoy le escribo aun sin conocerlo, hoy quiero decirle que lo único que me mantiene con vida, son las simples ganas de vivir, y muy a pesar de que apenas te conozco, no voy a escatimar en criticas, ni reproches, porque eres el único culpable de que este así, sencillamente por nunca dejarte conocer, por nunca ser parte de mi vida, eres lo más repugnante, eres el ser más despreciable que nunca en mi vida había anhelado tanto, eres lo peor que siempre soñé, y no creas que estoy loco, ni que tengo sentimientos encontrados, no me culpes a mí, eres tu el que no me quiso salvar, eres tu el que me abandono.
Por eso te pido querido señor, que me digas de una vez por todas ¿quién eres tú?, una última vez te voy a pedir, que te reveles ante mí, pero si aun así no te quieres mostrar, mejor que nunca vengas, porque no eres quien verdaderamente anhelo encontrar, gracias por escucharme querido señor, como siempre eres muy amable, nos vemos, ojala sea pronto querido señor.
Cordialmente
Uno Más
Una pequeña carta dirigida al amor, la encontré rebuscando en un pequeño baúl, escrita en vieja tinta, sobre un mohoso papel, escondida en lo más profundo de mis pensamientos, sobre la delgada línea divisora, del sentimiento y la razón.
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