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sentado en el techo de casa, pensaba en las cosas que había escuchado. recordé a mi amigo contándome acerca de su operación en su cabeza. tenía una especie de tumor al lado izquierdo de su cara, pegado a su quijada, como la quijada perfecta de Robert Redford por la mitad. recuerdo que le dije, luego de su operación, que se le veía diferente, como si se hubiese quitado lo intelectual de él. bajó su rostro y supe que había hablado de mas. todos mis amigos me miraron y escuché a uno de ellos decirme: desatinado. era verdad, pero me sentí peor que mi amigo sin su interesante tumor. me di media vuelta y salí de la reunión. caminé por media hora cuando me encontré con otro amigo. este se había cortado el cabello a coco. se le veía extraño, como un neo-nazi. se lo dije y se rió, yo también. te invito una cerveza, me dijo. acepté y entramos a un Bar. no recuerdo cuántas botellas tomamos pero sólo vislumbro rostros deshaciéndose bajo mis ojos, riéndose de como caminaba hacia la calle con mi amigo nazi. llegamos a mi casa y con la llave entré. mi amigo se despidió de mí y no supe mas... recuerdo que entré y me tiré en la cama. todo daba vueltas. me muero, pensé. pero no era así, estaba bien y me iba a ir mejor al día siguiente. me levanté temprano y vi toda mi ropa tirada por mi cuarto. me habían robado todo... es terrible sentirse violado. entré a la ducha y lloré como el chorro de agua que mojaba mi cuerpo. me sequé y me vestí y fui rumbo al trabajo. aún era temprano y entré en una cafetería y tomé un café. mientras miraba a las personas entrando y saliendo de la cafetería, recordé a mi madre, ya muerta hacía dos meses y con ese último deseo de ser incinerada y echar sus cenizas por todas las calles de sus barrio. eso hicieron y vi cómo un perro orinaba por el jardín en que quedaba un poco de las cenizas de mi madre. "voy a rondar por el barrio", recuerdo que dijo a sus noventa y cuatro años... la vi morir y la vi sonreír, dejando escapar ese aliento. me gustó verla complacida de su vida, y le di un beso en la frente cuando ya era cadáver. luego llegaron mis hermanos y sentí que todo estaba de mas. salí del hospital y fui a caminar hasta llegar a la misma cafetería en que estaba. de pronto una señora se sentó a mi lado y me dijo: te noto agotado, ¿no te cuidas?. sonreí y no respondí nada, y supe que mi madre había cumplido su palabra. mientras laboraba en el taller, pensaba en el muchacho que lloraba pegado a su celular. lloraba porque su novia le decía que no lo quería ver mas. así es la vida, pensé, unos mueren, otros lloran, otros se cagan de la risa, como yo... |
Texto agregado el 31-01-2008, y leído por 198 visitantes. (0 votos)
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