Yacen dos almas moribundas
después del amor;
dos cuerpos exhaustos
que respiran agitados
al concluir los confusos estertores.
Se visten rápido
preprando la fuga sigilosa,
apartándose del lecho:
único testigo de sus descargos.
Texto agregado el 30-01-2008, y leído por 286
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