Recupero aquellos viejos cuadernos de cuando te amaba como antes y también me amabas, ahora soy un gran escritor, lo vez ahora, soy lo que todos quieren de mi, por ti mujer, por ti, Penélope, he llegado aun después de tu ausencia a ser lo que querías de mi, ves acá en el cuaderno 32, justo el 14 de febrero cuando ya habían pasado dos años y tu estabas en la academia, y yo iba por mi primer año de derecho, entre cursos generales, y cachimbas de muy buen poto, ya había salido con una docena de ellas las había lastimado y arrancado lo mejor de ellas mismas, algo que ni la persona mas amada podría arrancarles jamás pero yo quería estar solo contigo ese 14 arrancarte tu dolor, prometiéndome que el hijo de puta de tu papa moriría, moriría por haberte hecho daño pero por sobre todo por haberte hecho nacer, tu que también eres una hija reputa, pero igual te amaba, recordaba la dulce suavidad de tus dedos en mis cabellos y te imaginaba llorar de felicidad, ese día esperé fuera de tu academia dos horas y no te encontré, llame a tu celular y nadie me respondió, a tu casa y me dijeron que no venias de la academia
- señora su hija –le dije podrido de los celos y la rabia- hace meses que no viene a la universidad le llamaba por que acá nos preocupamos mucho por los intereses de su familia, y además debo decirle que hemos encontrado paquetitos de cocaína en su locker, muchos chicos dicen que ella se acuesta con ellos por cierta cantidad de dinero o por unos gramos de coca, realmente estamos pensando en suspenderla, pero queríamos hablar primero con ustedes para saber si ya estaban enterados.
La señora rompió en llanto, ante la fingida impostación de mi voz, solo entonces me sentí contento de verdad y le colgué, donde mierda te metiste Penélope, vez eres tu la que me vuelve un ser tan cruel, eres tu y sin estar, la perra que libera el lado mas miserable de mi, te odio perra te desprecio