era temprano en la ventana; la juventud grisacea del cielo recomendaba su nueva melancolía, yo la acepté, abandoné el escrito y divagué, en lugares inhóspitos e inéditos, así lo indicaban los carteles.
el cielo, de escucharme contestó...: grises son las núbes, yo sigo siendo, siempre el mismo, no temo, me conozco y te conozco, te comprendo y creo, siempre estoy escuchando tus pensamientos mágicos, hurgo junto a vos, versus la antiinnovación; hablan de mi de manera cursi, soy un cliché en todos sus textos, pero no ha de molestarme, pues noto que hay personas como tú, capaces de comprender la comunicación y llevarla a cabo, con todo aquello en lo que pensamos. |