A ti
A ti me dirijo.
A la ardiente mujer
Que tiene su corazón
Anhelante y gimiente.
Que desea amar
Y entregarse por entero.

A ti que te revuelcas en tus noches
En frío lecho y temblando de deseo,
Llevada por tus cálidos pensamientos;
Atados a tus dedos acariciantes por tu cuerpo.
Tus pechos se encabritan.
Tu respiración hierve en jadeos.
Pides no más. No otra vez,
Y tu boca te desmiente más. Más;
Mientras gimes de deseo,
Diciéndote que me amas
Que te mueres
Que me buscas
Que me hallas
Que me despierto.

Si a ti.
A ti te busco pensadora de mi mente
Soñadora, descubridora de mis deseos.
Sacerdotisa de mi cuerpo.
Amante sarracena,
De largas uñas y afilados dientes;
Lista para encender mis fuegos.
Tú que con tu acto de evocarme
Has despertado el amor dormido
Que yacía clavado
Allá en mis desiertos.
No me pienses.
No vaya ser que más temprano que tarde,
Estés suspirando en mis brazos;
Mientras me comes a besos.

Nomade…Alzando los brazos al cielo. Evócame vida mía y paga las consecuencias