Tic, tac, tic, tac,
el segundero avanzaba sin cesar.
Y a pesar de que con todas mis fuerzas lo trataba de detener,
en su loca carrera de devorar segundos él avanzaba sin temer.
Cada segundo que avanzaba, un segundo de felicidad de oírte;
Cada segundo que avanzaba, un segundo más de tenerte a mi lado.
Cada segundo que pasó fue un segundo de suspiros, risas y emociones,
Cada segundo me pedía a gritos otro segundo pues se hacía insuficiente para decirte todo cuanto en mi había (y sigue habiendo).
Cada segundo que pasó, mi corazón por ti saltó y gritó.
Cada segundo que te oí, suspiré, reí, y más tu nombre en mi corazón grabé.
Cada segundo escuchándote es para mi un tesoro ahora,
Porque cada segundo que estuvimos sólo tu y yo ahi, fue un segundo de completo amor por ti.
Te quiero mucho, mi dulcita hermosa. |