Recuerdo en forma especial el mes de marzo del 94. Tenía la particular costumbre de dormirme a eso de las cinco o seis de la mañana, escuchando un simpatiquísimo programa radial que llegaba desde el otro lado de la cordillera, agarrando la onda corta en mi modesta IRT de doble casetera. El programa comenzaba a eso de las 00:30 hrs., se llamaba "Tarde, pero temprano", y lo conducía el locutor Oscar Gonzalez Oro. La radio era Del Plata, el dial, el 101 a.m., creo. Si ya el nombre del espacio era original, el sentido del humor de los panelistas, locutores y periodistas que despachaban móviles en vivo durante toda la madrugada desde la Capital Federal, sumado a la voz en off que aparecía de cuando en cuando de una locutora femenina, ejerció en mí una atracción tal que fácilmente me convertí en un seguidor habitual de dicho espacio. Las noches se fueron acortando y al día siguiente me costaba bastante trabajo levantarme para ir a la univeridad, de tal suerte, que preferí cambiarme al curso vespertino. Era una época linda, yo tenía 21 años, y aun no existía internet, ni los celulares. Una madrugada de marzo, el locutor se sorprendió, al recibir un llamado desde Urguguay. Lo llamaba alguien que escuchaba el programa. Comentaban lo spanelistas que las ondas estabn llegando muy lejos. Se me dibujó una sonrisa en el rostro. Imaginé sus caras al enterarse que un jóven estudiante de derecho los escuchaba fielmente todas las noches desde mucho más lejos, desde 1.400 km., y al otro lado de la Cordillera de Los Andes. Decidí llamar también. Me contestó la voz sexy de la productora argentina. Esperá en línea, por favor, no vayas a cortar. Asi fue como me pasaron al aire, y me escucharon algunos cientos de personas a esas altas horas en la ciudad de Buenos Aires. Un amigo chileno llamaba, desde Viña del Mar, y lo escuchaba por las noches. Y ahora ellos me estaban escuchando a mí.. No lo podía creer. Conversamos de todo. Oscar me contó que había estado trabajando en Valparaíso, algunos años atrás. Hasta me dieron consejos para conquistar a una chica de la que aquella época andaba de tras. Grabé en un caset ese mítico momento. Al mes siguiente me llamaron ellos, para celebrar el aniversario del programa. Fue fenomenal. ¿Se imaginan lo que fue eso?. ¡Sin celulares!, ¡sin internet!.
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