Esperaba sentada, ilusa, confundida, la lluvia no cesaba y el llanto la consumía. 15 años de su vida, 15 años, 15 largos años, no eran pocos, la cabeza le retumbaba, vio pasar tal vez los mejores años de su vida, idealizó una imagen de algo que no existía, frente a sus ojos se sublimó lo bello, lo perfecto, lo irreal
Pero en el fondo, la lucha interna se acrecentaba, no se resignaba, era algo inalcanzable imposible y que le hacia daño. Todo estaba perdido él abandonó la batalla, no quiso continuar, dejó a la doncella.
Al amanecer, pensó que no tendría fuerzas para recomenzar algo nuevo, pero se equivocó. Nada está en sus manos. Su destino está escrito, volverá a sonreír.
Hoy en día se ilusiona nuevamente, ya no hay llanto, solo risas, una indescriptible sensación en su interior, vive el día a a día intensamente y aún espera ese amor de garra y diente que la haga soñar.
Hoy en día ha vuelto a vivir.
Hoy en día la han vuelto a amar.