Regresó, con paso cansado, con más peso que antaño, con más experiencia, con menos vitalidad…
Cogió sus prendas y caminó por el estrecho pasillo que lo llevaría a su última morada…
Miró su entorno, paladeó aquellos recuerdos que de joven nunca dio importancia,
Y se posó en aquella ruidosa cama de huinchas y lana, que por los años calmó su cansancio…
Su frágil estampa estaba aminorada….solo quería dormir, para soñar, para renacer en los confines de su aletargado pensamiento, en esa otra dimensión que le otorgaba su conciencia desprovista de culpas….
Allí, en la cama, se quedó mirando en techo, relajó sus rodillas y suspiró…
Cuánto había perdido y había ganado de la vida…que vendría ahora que sus manos ya no eran las mismas?...
Inclinó su cabeza para observar que tenía…
Un par de trastos viejos, unas maletas ya raídas por el uso, unos cuantos trapos ya muy deteriorados como vestuario….
Cerró sus ojos y quiso olvidar….como la avestruz al esconder su cabeza en la tierra…no podía,
Era un ser humano aún, a cuestas con sus culpas y sus temores….quería descansar…
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