“María Elena cumplía 25 años , en su fiesta de cumpleaños lo primero que le vino a la mente eran las palabras que una y otra vez su madre le repitiera siendo ella una adolescente, “hija cuando llegues a la edad para casarte y quieras hacerlo tiene que ser con un doctor, queremos un medico en la familia, tu papa y yo te hemos dado lo mejor y tu te lo mereces”. Hasta ese momento ella había desperdiciado muchos pretendientes, en algunos casos buenos y en otros no tan buenos, pero ella solo se enfocaba en conseguir su preciado doctor, hoy ella cumple 45 años y el doctor no aparece por ningún lado. Ella recuerda con tristeza que Ricardo era un gran prospecto, el se caso tiene dos hermosos hijos y una gran mascota, además es muy feliz en su matrimonio, se ve al espejo y se compara con la esposa de el y piensa en como pudo casarse alguien guapo como el con una mujer tan horrible, pero en el fondo descubre que lo que siente es una gran frustración, porque dejo pasar la oportunidad de su vida, el no es doctor, pero es un experto en negocios y tiene su propia empresa, a ella en cambio solo le queda el recuerdo de las palabras de su madre, y el sin sabor de haber desperdiciado a buenos hombres que tenían intenciones de formar un hogar con ella, por el solo hecho de no ser doctores, pero su preciada selección si funciono con su perro que es su único acompañante, esto nos demuestra que los seres humanos a veces por querer filtrar lo que consideramos mejor, nos quedamos sin nada” |