Cierra tu puerta tras de ti, escóndete un instante hasta que pase la ira. (Is, 26, 20)
Saulo: Sólo existe una palabra que, rebosando en nombre, define esta intransferible experiencia. Y no puedo decirla, no puedo pronunciarla, no la recuerdo, ¡la tengo en la punta de la lengua, pero no me sale…!
Hoy hay una fiesta inversa. Drama puro, dolor de cabeza. Pero sé fuerte, sé humano, no un tonto estoico, sé débil pues. Es necesario, inevitable, aunque parezca injusto. Hay una muñeca que baila apelando al juego vital.
¿Qué problemas? ¿Qué existencia? Eres mi yo más mío. Somos el único que soy… No demos gravedad al espacio exterior, démosle vida, la gravedad no es necesaria para que me encuentre perdido en mí mismo…
Heme en este mundo, inevitable parido, aquí, respirando el Aliento. Tan sólo en el mundo tratando de logra la sonrisa de mi risa…
Nauseabundo no; angustiado, tal vez; incompleto, siempre incompleto y con vértigo sorpresa…
El misterio es tan fuerte, Saulo, insoportable ahora, tan innegable al mismo tiempo.
Vida de misterio hoy: mi desmayo…
El color nace…, la figura, la idea, el sentido, ¡el sentido, Saulo, el sentido tras de ti!
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