La ranita azul se pintó de verde, al primer chapuzón, volvió a su color cielo.
Comprendió que era uno en mil y que no hay nada más importante que la autenticidad, porque podemos ser azules, verdes o inclusos rojos, pero es el corazón el que debe ser grande y abierto para recibir amor.
Texto agregado el 26-01-2008, y leído por 256
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Lectores Opinan
13-12-2010
Bien intencionado y promotor de enseñanzas que nunca sobran. Bien escrito. VincentValmont
26-01-2008
Como los croopios , famas y administradores? Wowww buena fábula. FaTaMoRgAnA
26-01-2008
Ay un asomo de "algo" pero debilucho El_Rostro_de_Cydonia
26-01-2008
Es un buen cuento para niños, supongo que es ese el fin. Se leerá en preescolares. Rauzan
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