-Te quiero- susurró él, mientras la abrazaba por la espalda y recorría el brazo helado de ella y su boca imprimía apasionados besos en su cuello.
-Yo no puedo quererte- contestó la joven- Yo no tengo corazón.
Él se apartó mirándola... estaba frente a uan mujer de piedra.
Texto agregado el 26-01-2008, y leído por 215
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
10-07-2008
interesante , y con contenido , seguire leyendote! edelweis
22-05-2008
que triste mas me gustan esas imagenes que nos dejas en cada palabra. Icnocuicatl
16-05-2008
Muy bueno corita, hasta me trasportó a "El Príncipe Felíz" de Wilde.... ***** mosco
21-03-2008
Un texto excitantel. Me encantó leerte. Un saludo de josef!
josef
03-02-2008
Conincido con NANAI en que hasta lo más frío e inmóvil posee vida y sentimientos llucas