Pasa la vida y siempre me dista el miedo de tu cuerpo,
me puede más que el deseo
imaginar la traviesa sonrisa de no eres mi tipo,
acompasada de una media vuelta bravía que me invita obligatoriamente al olvido.
Siento que se me apaga la voz a fuego lento,
quema mi garganta la ausencia de una esperanza
que se va con tu perfume añejo,
pero me atrapa
para anclarme en el recuerdo
de que alguna vez estuve cerca
de robarte un beso.
Corre, sigue y mata el tiempo una ilusión,
pero sin embargo te espero.
Texto agregado el 25-01-2008, y leído por 190
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