Ayer por la tarde el cielo se cubrió de nubes e incluso cayeron algunas gotas de lluvia que mojaron la calle. Por la noche, al ir a acostarme, me llamó poderosamente la atención el gran brillo que provocaba la luna enfrente de mi ventana. Fueron varios minutos los que permanecí observándola y que a pesar de estar rodeada de nubes seguía brillando con gran intensidad. Las nubes se iban desplazando a gran velocidad, pero al mismo tiempo seguían llegando masas de nubes que iban rodeando a la luna, pero ella, con una gran fuerza luminosa, seguía sobresaliendo por encima de las nubes. Hubo un momento en el que el cielo quedó limpio de nubes y la luna, que ya empezaba a decrecer, brilló con todo su esplendor. Poco duró ese momento, ya que a los pocos segundos la luna se volvió a cubrir de nubes, aunque el brillo de su luz sobresalía con gran fuerza.
Esa imagen de la luna limpia sobre el cielo despejado me llevó a ti, tenía la impresión de que estaba delante de un espejo y que tu rostro se reflejaba en él. Relacioné la fuerza que ejercía la luna sobre las nubes con tu manera de actuar en la vida, siempre luchando para apartar todos los obstáculos que tratan de frenarte para seguir adelante en tu dura trayectoria por conseguir la felicidad de los tuyos. Pues bien, con esa imagen me acosté y con esa imagen me dormí, pero lo más importante de todo es que con esa misma imagen me he despertado esta mañana. Gracias por esos maravillosos sueños que cada vez nos acercan más el uno al otro.