Ricardo ni se levanto ni soltó la mano de Lorena, solo miro a Juancho muy tranquilo.
__¿Por qué dejaste a tan bella dama aquí tan sola?
Lorena agradeció que no dijera “husmeando”
__Me estaba cambiando...perdón...Lorena el es mi antipático primo, que se invito solo aquí__ Juancho sonrío, estiro su mano.
Instintivamente Lorena dejo la mano de Ricardo, se levanto y cogió la de Juancho, había olvidado esa extraña atracción por su vecino.
__Me gustaría ir de una vez
__Bien
El ambiente de la discoteca era perfecto para una pareja que quisiera bailar toda la noche, y aunque a Lorena le hubiera encantado hacerlo, ella hubiera preferido un lugar, por primera vez en su vida, tranquilo, para sacar la mayor posible. Juancho le decía cosas en la oreja que ella no entendía, pero sonreía y movía ala cabeza, en señal de aceptar lo que sea que estuviera aceptando.
Para su mala suerte, Ana la llamo apenas dos horas de haber llegado, la necesitaba urgente había dicho. No tuvo mas remedio que despedirse, pero Juancho, por supuesto, la dejo en la puerta de su casa.
__¿Cuándo salimos de nuevo?
__El sábado...tengo libre ese día en el trabajo....__dijo Lorena en las nubes, estaban tan cerca, justo en la puerta de su casa.
__Bien...__la acorralo con los brazos, poniendo sus manos en la pared.
El beso fue tan apasionante como hacia unas horas, los dos supieron que juntos eran candela, dinamita pura...Juancho acariciaba su espalda con desesperación, ella lo apretaba mas y mas contra si.
__Invítame...a...quedarme....__le susurro Juancho.
__No puedo....me llaman__ sin mas que decir lo empujo y entro a casa, aun respirando con dificultad.
En su sala estaba Ana, con una cara blanca como la tiza.
__¿Qué pasa? __le pregunto Lorena.
__Tu mamá esta en el hospital.
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