Mientras riego mi jardín
Me embriago de emoción.
Y aunque no entiendo nada
De prosa, ritma ó canción
Debo escribir estos versos
No faltos de inspiración.
Explosión de colores y fragancia,
Que con su particular lenguaje
Transmiten con dignidad
Su silencioso mensaje.
Odio, amor, fidelidad,
Consuelo, melancolía, inocencia
Crueldad, simpatía, amistad,
Sumisión y obediencia…
Todo es júbilo, alegría.
Cual ave del paraíso
Trinos de las strelitzias.
Tañido de campanillas
Sigilosas y sumisas.
Entre el varonil anturio
Y la erótica orquídea
El enlace es inminente.
Blancos y caducos pétalos
De rosas de Alejandría
Escoltan su amor ardiente.
Humildes violetas entre rojos lirios
Ardientes claveles junto a hortensias blancas
Fragantes los nardos, púrpuras petunias,
Gualdos tulipanes, azules lavandas.
Por el esbelto gladiolo
Suspira la margarita.
Mientras deshoja sus pétalos
..Me quiere o no me quiere…
Se va quedando marchita.
Desde las cumbres lejanas
Le mandan sus parabienes
Jaras, pinos y retamas.
Como mensajero, el viento
Que con su invisible presencia
Sus efluvios les derraman.
No han sido invitados el cardo y la ortiga.
Desde su destierro en cercana atalaya
El ardiente sol hace que inclinen
Sus espinosas hojas, sus flores marchitas.
El rocío nocturno la sed les mitiga.
En el salón principal
De la solariega casa,
Ajenos a la tragedia
La sensibilidad es escasa.
En esbelto jarrón chino,
Sangrantes tallos de orquídeas,
Anturios y azucenas,
Son víctimas de su sino.
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