Querido diario-comenzó a escribir carmen justo cuando su madre la llamaba-quería decirte que en estos momentos me encuentro muy mal debido a... -el llamado de su madre era cada vez más fuerte y golpeado.
-¿Que cosa?-gritó carmen, en un tono igual de fuerte y golpeado- ¡no ves que estoy escribiendo en mi diario!
-Es que tengo que decirte algo muy importante, más bien tengo que preguntarte algo.
El tono que la mamá de carmen estaba empleando no se notaba nada de simpático. Era obvio que lo que sucedía no era bueno para Carmen. La madre siguió insistiendo cada vez más enojada, hasta que carmen cedió y bajó lenta y temerosamente la escalera. Una vez que estuvo abajo, vio que su madre tenía en su mano izquierda su cuaderno de inglés y en la otra una hoja. Carmen se asustó mucho y desconsolada comenzó a llorar.
- lo siento, mamá, yo quería contarte pero tenía miedo, perdóname por haberme sacado un tres cinco en la prueba de inglés, te prometo que para la otra voy a estudiar.
- ¿Tres cinco?-preguntó la mamá-¿prueba de Inglés?
-Si, la que tienes en la mano- contestó carmen secándose las lágrimas y dándose cuenta del error que había cometido.
-Pero si esto no es ninguna prueba, es una nota que dice; lunes veinti seis, reunión de apoderados.
-¡Ha! Si, eso.
-¿Y que es eso del tres cinco?
Carmen se vio apurada, no sabía que hacer, pero ya había reconocido su mala nota, así que dijo:
-me saqué un tres cinco en inglés.
-¿Qué?-preguntó la mamá-pero si a ti te va tan bien ¿y de cuando es la prueba?
-De hace dos semanas.
Luego la madre de Carmen comenzó a hacer algo que jamás Carmen pensó que haría, comenzó a reír.
-¿Por qué te ríes?-preguntó carmen.
-No importa la nota, la puedes recuperar, lo que da risa es que tú pensabas que te iba a retar cuando solo tenía una nota de reunión. Te pusiste el parche antes de la herida.
Carmen no le encontró la gracia al chiste y subió las escaleras hacia su pieza pensando, “que suerte es tener una mamá simpática”.
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