Infinita mi rancia agonia
tenida de ocre amanecer.
Y cuando llegas, al alba de mis recuerdos
suena una nota sustancial
cuyo ensordecedor silencio
temblando dejome al pasar.
Y mis ojos, llenos de rios de felicidad
empapados del susurro de tu gotas
de perenne majestad
que muy sutilmemnte
dejaste derramar.
Un vez mas, le pido a tu altar
permitame ver tus ojos
que miran sin hablar
AZM
MMVI
Texto agregado el 23-01-2008, y leído por 103
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