Ayer caminaba al ritmo de la vida
junto al tedio del diario vivir
a cinco pasos más distante del destino
y a dos pasos del horizonte, una señal
son cosas…

La historia no se escribe sola
el cuenta gotas cambia el ritmo al aprendiz
las circunstancias dan cabida a lo conocido
y a lo encendido de este nuevo paraje.

Donde las cosechas son complacientes
y el viento es juguetón y un poco amable
tanto como quisiera para olvidarme
tanto como para morir ante la inquietud.

Hoy temprano caminaba al ritmo de la vida,
junto a esa silueta impaciente en cada esquina
ojos de marfil, mirada profunda
y tan incandescente como el desvelo al atardecer.

Como la compañía nocturna
etérea, real, extremista
que con sus rayos atraviesa mi piel
y enciende los colores.

Que en su ausencia, marchita
y decolora la existencia carente
la existencia perdida
la fiera guerrera entumecida y enferma
por el frio corrupto de mi compañera,
soledad…

Pero, son cosas
tu estas aquí,
y yo allá
afilando el cuchillo de mis emociones
preparando mis armas
para bañar el pasado
con la sangre del olvido.

Para encender tu mecha
con el coñac divino de mis sensaciones,
efervescente y corpóreo;
preparado para morder nuevamente tus labios,
beber de ellos
y saciar mi sed de esta nueva complicidad.

Y bueno, son cosas
tú me matas y yo desfallezco
pues en ese juego fatal
tú me rozas y yo me entrego al masoquismo
juntos nadamos en ese mar salado
hirviente y plenamente privado
nos hundimos y respiramos
sobrevivimos el uno del otro
hasta que acabe la tormenta
hasta que el cansancio no se resista más.

Pero son cosas,
hoy camino desnudo e impávido
con tu olor en el cuerpo y en la sangre
con tu sonrisa impresa en mis ojos
y con el corazón inquieto
por la falta que ahora me haces.

Y así es, son cosas…
Yo estoy aquí escribiendo
interrogando mis inquietudes,
Mi boca esboza alegría y tranquilidad
porque yo estoy aquí
y porque sé, que tú estás ahí
y también sonríes…
pero bueno, son cosas
nuestras cosas…