Hacía tanto tiempo que no lo hacía, puede creer cualquiera que esto es absurdo, pero resulta más el no hacerlo. Estaba pensando en cosas por escribir, porque después de que las cosas materiales (las que tengo y las que no) no me han llenado en lo absoluto, caí en cuanta de que tal vez, y sólo tal vez, estudié para cumplir con algo, o con alguien, porque desde el momento de la concepción siempre alguien espera algo de tí, que no salgas deforme, que seas niño o niña, que saques los ojos del papá pero sin su calvicie y la boca de la mamá, pero sin sus dientes descalcificados por los múltiples embarazos, y uno se acostumbra a cumplir, o por lo menos lo intenta.
Saber que nadie espera por mis escritos me tranquiliza, y nada me presiona a escribir como degenerado haciéndose las cien pajas que implantó como record en la secundaria y debe seguir al paso. Y en esta tarde en que no se me ocurría nada, mirando el techo pensé, que hacía mucho tiempo no me daba la ocasión de hacerlo sin preocuparme por ponerme a hacer algo.
Encontré un par de cometarios y al leer un poco, se me vinieron algunas ideas de lo que ahora escribo, pero hace algunos días leyendo biografías de cuenteros rusos, me imaginé que acaso lo que me haga feliz sea escribir, y que estudié y obtuve un grado de licenciatura meramente como trámite, además de que me dé de comer.
Me pregunto qué hubiese pasado si nunca hubiera leido la palabra "estilismo culinario", o nunca buscando una imagen, diera con esta página donde he pasado tantas horas desde hace más de ya tres años, que es mucho tiempo si pensamos en escalas reducidas. Ahora bien, si esa es mi misión en la vida, debo pensarlo seriamente para dar a conocer mis escritos y publicar algo a ver si esto sí es lo mío. Mientras tanto, a seguirle con os proyectos que me den de comer y me permitan seguir escribiendo. |