Pasaron tantas cosas y esto pasó tantas veces que no hay manera de vivirlo sin reírse, sin que cause gracia el cómo, otra vez, caímos en el mismo error.
No deja de venir a mi mente una canción que le escribí hace tiempo atrás a un ex, una frase que dice “siento que ya no quedan más comienzos, que los principios se rompieron y no se arreglarán” y es tan cierta en este momento que pareciera que la canción fue escrita con una intención a futuro.
¿Qué es lo que hace que el entendimiento entre dos personas no se de? ¿O qué es lo que hace que sí?
Supongo que es mirar desde el corazón al otro y mirarse a uno mismo sin velos, ver tanto lo bueno como lo malo y tener la capacidad de aceptar que el otro es como es y no viene al mundo a satisfacer mis expectativas… y viceversa.
Será ponerse en el lugar del otro aún cuando creemos tener la razón y prestar suma atención cuando nos están marcando un error, porque tal vez desde el afuera puede verse más claramente algo que no podemos ver dentro nuestro.
También puede ser aprender a reconocer al egoísmo y al orgullo cuando están disfrazados. Es muy fácil reconocerlos cuando están a viva voz, pero a medida que uno va creciendo internamente el Ego se hace cada vez más astuto y más difícil de percibir. Y nos escondemos detrás de frases de que queremos crecer, que realmente queremos entender al otro, que no lo hacemos a propósito, que estamos dispuesto a todo para crecer, etc., etc. Y en realidad no podemos ver que el miedo nos está tapando la vista de muchas cosas…
Entonces nos hace creer que crecimos, que queda muy poco por aprender (aunque se sienta con un toque de humildad pensando “buen, no es que me quiero agrandar o creermela”), nos hace creer que la persona que nos ama y nos dice que estamos equivocados está desafiándonos o sosteniendo un capricho personal.
¡Y somos nosotros! ¡Nosotros fomentamos que nos diga eso!
Realmente no sé qué sea lo que haga que haya entendimiento de ser a ser.
Sólo espero que cada persona en la Tierra pueda encontrar a alguien que esté en la misma etapa de crecimiento y de evolución para que todo sea más llevadero.
Cuántas veces habrá pasado, y volverá a pasar (sin que sea un decreto), que el otro es un espejo de nosotros mismos y no podemos verlo.
Un espejo tanto de cosas buenas como cosas malas.
Cosas que queremos ser y no somos, o cosas que somos y nos da bronca que el otro no sea y se lo exigimos a más no poder.
Cosas que alguien nos quitó en el pasado, o nos lastimó y pretendemos que esa persona sane.
Fantasías que siempre tuvimos o aquello que creemos que “debería ser” o “es lo correcto”…
Se le exige tanto al otro y estamos tan poco dispuestos a dar algo a cambio…
Pero desde luego, desde nuestro pseudo crecimiento vamos a estar pensando que lo dimos todo por esa persona, que cambiamos muchísimo, que le dimos todo el amor del mundo, que si hay algo que se hizo mal fue por una causa mayor o por lo que sea…
Y nadie va a decir que en realidad fue cobardía.
Al menos no de uno mismo…
Obvio que si algo salió mal la culpa fue del otro.
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