En caminos nuevos
yo te busque,
entre caricias y abrazos,
no te encuentro.
En el desierto,
mis labios te buscaron
en minutos, se secaron,
al no encontrar tus anhelados labios,
lleno de la miel dulce,
que me hace renacer.
Entre el medio del mar,
mis ojos estuvieron,
se ahogaron de llanto e el silencio,
al no haberte encontrado,
pues ahora de tu imagen,
se han olvidado.
Mis piernas,
recorren el mundo,
y aún no encuentran,
un signo tuyo, una señal,
un suspiro, que me repita,
cuanto te quiero.
|