PASEO COLON
No se que es de ella, desde hace años solo tengo nubarrones. Pero el destino es cruel y me la tenía que encontrar una mañana con toda mi familia justo acá en Paseo Colon. Te digo la verdad, me quería matar porque justo unos días antes quedamos en encontrarnos. Después ella no llamó y yo me dije: sigue en la misma, esquivando el pasado y el presente. Porque los años que te pasan a vos lo ves de golpe en la vereda de enfrente. Y a nadie le gusta que pasen los años. Y Encima ni afeitado estaba, que lo parió.
Te decía que no me llamó como otras veces, no me contesta los email y jamás me invitó a tomar un café a su departamento y dije ma si, la llamo de vuelta recién para su cumpleaños. Sabes que ya no me acuerdo cuanto tiene. ¿Treinta y ocho? Mejor ni le pregunto. Pero a veces me confunde, porque
me dijo que se imprimió un listado de poesías que mande para todos mis amigos para fin de año y no te digo como me confunde cuando me dice que me quiere a su manera. ¿Cómo es a su manera?. Si vos querés a la gente tenés que tener contacto, no te digo que te metas en la cama, pero tenés ganas de verla, de hablarle...que sé yo.
Le di un beso. En la mejilla, no seas boludo.
Al lado mío Ezequiel que a los dos pasos me pregunta ¿Quién es? Y yo me dije ¿Cómo le explico?. Sin embargo el pibe es mas piola que yo y no insistió cuando le dije: una amiga.
La verdad ojalá fuera una amiga, porque te podría contar en que anduvo todos estos años y la verdad esa que no se nada. Nubarrones. Y si te digo no sé hasta que punto mezclo la fantasía con realidad.
Lo seguro es que ningún tipo le debe durar mas de seis meses, cuando le pregunto mira para el costado. Esquiva esa mirada dulce y me cuenta es casado, mucho mayor, ya pasó, no quiero hablar del tema. Después es uno mas joven, pero vive en el tigre y nunca cierra el relato.
Yo sé que le di motivos para que no me cuente, que tiene miedo a involucrarse, creo que tengo hasta la psicóloga en contra:Porque le afano el laburo, porque dudo que la conozca mejor que yo.
Si, yo si la quiero. En serio, y cuando vos querés a una persona esperas que le vaya bien, que se enamore, que haga su vida. Y no me importa si es alto, bajo, canoso o si es una mina. La querés y punto.
Por supuesto que quisiera tener algo con ella, porque carajo crees que sueño cada dos por tres que me la encuentro. Yo tengo muy clarito lo mío, pero también que no le puedo joder la vida.
El amor no es una cosa pasajera, es o no es.
Y es para siempre. Después si lo negas es otra cosa, pero cuando tuviste algo con alguien es para siempre. Es difícil describirlo.
A veces, solo a veces y en un tiempo real muy corto podemos sentir una sensación, una especie de nirvana que no lo podes explicar con palabras normales.
Eso me pasó con ella. Todo duro muy poco, pero suficiente como para que lo recuerde para siempre. Y yo creí al perderla, perderlo todo. Estaba equivocado.
No tiene importancia su nombre, ni su color de cabellos. No es relevante la curvatura de sus piernas o el tamaño de sus pechos. Su mirada si, en cambio fue crucial. Soy de la idea de que tanto los poetas como los filósofos antiguos se equivocaron al nombrar al corazón como el órgano depositante del amor. En ella por lo menos, estaba en sus ojos.
Con todo mi amor firmaba sus cartas, se atrevió a decir que me necesitaba, que me amaba sin embargo yo solo confiaba en lo que me decía su mirada...
Un día se terminó, lo que es un decir, porque las cosas eternas nunca empiezan y tampoco terminan. Me costó dejar de sentir su piel, su olor, sus formas de disfrutar.
Busqué excusas en todos lados, pensar que se trataba del momento justo en el tiempo equivocado, de que se trataba de una ilusión. Sin embargo, nunca la pude olvidar.
Y siempre quedé esperando repetir aunque sea un segundo de todos aquellos momentos maravillosos que viví. Una caricia, un roce algo que me hiciera revivir el éxtasis.
¿Y a donde me la vengo a encontrar?. En el bajo, en Paseo Colón,en pleno centro de Buenos Aires, justo bajo las columnas donde descaradamente nos abrazábamos y besábamos .
Ella se avivo enseguida de la situación: besito en la mejilla, un como andas y siguió camino haciéndose la zota con mi mujer que venía por detrás.
Otro día te cuento lo que dijo, son despiadadas las mujeres...en ese sentido los hombres somos mas gente, pero no viene al caso. No hice comentarios.
Solo me quede pensando que tenía que escribir, eso si: sin final.
Porque aunque nadie quiera esta historia,continua.
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