La muñeca mira intrigada como el gato se impulsa para comer el ratón, y cuando está por dar el mordisco, el roedor se convierte en perro. Ella no lo puede creer.... ahora el can persigue al gato, que de inmediato salta hacia la cortina, pero la tela se desgarra y cae quedandose al alcance de sus caninos. Ella mira estupéfacta. Parpadea, parpadea y cuando fija los ojos, el felino se convierte en gato salvaje y está a punto de coger el cuello del perro; que huye desesperado. La marioneta está sin respirar y no comprende lo que ve.
Un claxon suena estridente, y distrae al gatuno. El perro da la vuelta y escapa, pero es seguido muy de cerca por el Montés, que estando a punto de atraparlo por el cervix, salta al vacío. El micifuz se detiene; ladea la cabeza para todos lados, ve a la bambina, que está petrificada, se dirige hacia ella con un gran salto y poco antes de herirla desaparece, quedando solo la foto de un tierno y lindo gatito en el buró. Mientras el perro poco antes de estrellarse en la banqueta se transforma en una paloma y vuela hacia el campanario de la iglesia.
Cuando la muñeca está siendo cargada por su “mama” ésta, le dice que le contará un cuento.
y ella tiembla, pega un grito y se desmaya.
La niña llama histerica a su progenitora.
—¡Mamà!, mamá , a la muñeca se le acabaron las pilas ¡…mamaaaaaaaaaaaaaaaa!
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