En un país tan pobre, como su propia gente donde es comun ver como se comen unos con otros, no es extaña esta historia, tan llena de realismo y tan llena de amor y de valores en plena decadencia, bueno de amor pero a las cosas puramente materiales y de ganancia al cálido beso prohibido.
Enclavada en las lejanas montañas de este pais subtropical, encontre una lúgubre cabaña semi destruida por vecinos y habitada tan solo por la humedad caracteristica de este lugar, se notaba que hace algun tiempo estaba pintada de celeste, la madera carcomida da vida a las termitas que boraces fueron testigas del relato que leeran.
Don Julian era un hombre de mediana edad quien junto a su amada esposa, doña Teresa, de cuyos apellido por estos lugares se sabe muy poco, padres orgullosos de dos pequeñas niñas, de nombre que no vale la pena mencionar; agricultor abnegado, trabajador pero con poca suerte, no asi su inseparable y gran amigo Mateo, quien siempre fue bebedor y apostador de peleas de gallos siempre en su bolsillo no le faltaba la moneda, no muy trabajador, pero de buen vestir y de buen ver, más joven que don Julián. Mateo le propuso a Julián la idea de incrementar sus ingresos si el viajaba al norte por un mejor futuro, !con lo trabajador que eres, seguro te ira bien! le dijo,
los ojos se agrandaron tanto que casi se salen de su orbitas.
Pero no tengo dinero, le dijo don Julián, no te preocupes por eso reprendío, Mateo. -Vete yo te doy el dinero- y cada mes que mandes algo de alli me cobro, al fin y al cabo la Tere ni sabe leer y yo cambiare tus giros tomare lo que me corresponde y el resto se lo doy a tu mujer, y una parte de eso la invertiremos en tu terreno, comprando semillas y pagando alguna gente en la siembra y cosecha, que te parece- Asintiendo don Julián a tan suculenta idea en menso de un mes este ya estaba en camino del norte.
El primer mes y nada, el segundo mes y nada.
Fue hasta el tercer mes cuando empezaron a venir los giros, a los seis meses la cuestion empezo a mejorar ostenciblemente, nunca falto nada en la cabaña azul, Mateo parecia ser el mejor albacea de las ganancias del terrenito, aunque aveces se perdia algo en las peleas se reponia facilmente en el proximo giro, luego de un tiempo más Mateo ya no salio de la Cabaña azul, y empezaron los rumeros en la aldea proxima.
Teresa y Mateo ya no eran solo amigos, sino profundamente se enamoraron en la ausencia del marido, Mateo se encargo de todo lo que pertenecia a Julián.
el tiempo paso y el cornudo amrido decidio regresar porque el hacia cuentas que tenia lo suficiente para poder trabajar su terreno y su deuda ya estaba pagada.
Existia ya un gravamen sobre la cabaña y el terreno las deudas de juego ya eran grandes y los giros no alcanzaban para saldarlas.
lleguo el dia del regreso, y el marido asomó por la vereda que daba al lugar, fue recibido por dos hermosas jovencitas, y una alicaida señora, pero sus ojos aún asi se llenaron de lágrimas y se fundieron en un solo beso, reviviendo los mejores momentos que dos personas hallan vivido jamas.
Desde lejos los celos se revolvieron en las entrañas de aquel que con engaños se apodero de lo que no era suyo, entonces empezó a tramar el mas perverso de los planes, pero, para eso necesitaba la complicidad de alguien de muchisima confianza, y esa era Teresa.
Cuando al fin la convencio que su marido debia morir antes que descubriera la verdad, le relato el plan.
Le serviria la cena, a las siete como de costumbre, alguien tocaria la humilde puerta, esa es la señal para abrir y solo quitarse de enmedio y una rafaja cegaria la vida de Julián.
Así se hará dijo Teresa, esa misma tarde ella veia la ilusión de un hombre enemorado que habia trabajado por su familia hasta casi la misma muerte, la que llegaría por el dentro de muy poco, ya casi las siete, es hora de empezar a servir la cena, como siempre la oración de costumbre, los abrazos de felicidad y la alegria de comer juntos, sin imagimnar don Julián de su trágico destino.
Un solo toquido sirvio para que Teresa se adelantara a abrir la puerta, pero en un solo segundo de arrepentimiento la hizo tomar un cuchillo con el que partío el queso, y lo hacerto en la mano de aquel ingrato asesino contratado por el mismo demonio, la pistola cayó al piso ya aquel sicario herido salio de la cabaña, pero enfurecido el otro asesino irrumpío en la casa y disparó sin misericordia a Tere y luego a Julián, a Tere en veganza de su compañero y al otro por encargo.
Com o se imaginaran Julián murío intestado, y las hijas muy jovenes sin saber de leyes perdieron la propiedad, nadie pudo ponerle la mano a Mateo solo fue un sospechoso más de aquellas de muertes, a propósito de Mateo se quedo en la calle, empezo una carrera exitosa de mendigo.
|