Pedazo de idiota!, le grito, y lejos de amilanarse con sus bufas, saco fuerzas de flaquezas y replicó: no te temo idiota! era tan solo un pedazo de vida la que se tenia entre las manos. Como no habia almorzado hasta ese momento, sintio unas profundas ganas de comer, tanto asi, que lejos de sentirse desanimado por su miedo a despertar el tigre blanco dentro de si, vituperó un suspiro y adelgazó su hambre para convertirla en algo positivo. -Hay que suerte tienen algunos-, -claro pues han nacido en cuna de oro y pueden comer cuanto plazcan a cualquier hora-, -hey, pero estaban gordos, eso si. muy gordos.

LLegada la noche un aire a muerte tocaba su puerta. en la oscuridad de una vela, meditaba sobre su mísera situacion. un golpe de reflejo y lucides pudo haberle despertado mas temprano, pero, mas aun su efimero giño se vio frustrado por una subita sensacion de vacio.

Pobrecitos los niños huerfanos y las madres viudas, no hay como ellas, no hay como esos seres miserables.
Hace mas frio en este cuarto penso, y busco una manta, para tal vez con ella calentar su corazon vacio y ruinoso, corazon que alguna vez fue fuego y virtud.

En fin, hay tanto por descubrir en el corazon humano, que de tanto buscar cayó rendido, y siguio soñando.