La liberación de Clara Rojas y la grosería de Hugo Chávez.
El propagandista y calculado anuncio de la liberación de Clara Rojas, del hijo de ésta con un terrorista y la de una dirigente política huilense, (publicado en el único periódico cubano gubernamental, puesto que la prensa libre no existe en Cuba), como premio de las FARC a su copartidario y alcahuete Hugo Chávez, corrobora varios asuntos puntuales:
El objetivo de Hugo Chávez, no es la liberación de los secuestrados, es el reconocimiento de estatus de beligerancia a las FARC.
Es un tema que se ha conversado en detalle y planeado en minucia, con alta incidencia de la dictadura cubana. De paso corrobora, la veracidad de las acusaciones publicadas por el diario español de la izquierda burguesa y capitalista El País, en las que se demuestra que las FARC tienen un narcosantuario en Venezuela con la venia de los funcionarios oficiales de ese país.
La grotesca e irreverente patanería del maleducado mandatario venezolano, con un lenguaje cargado de frases ofensivas, corrobora que el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, es la piedra en el zapato y la persona de carácter fuerte que impide a las FARC y a Chávez concretar el plan de ir instalando estructuras de gobierno comunistas en toda la región.
Para el efecto, las FARC tienen campamentos y amplias estructuras logísticas en territorios venezolano y ecuatoriano.
Las irrespetuosas declaraciones de Daniel Ortega desde Managua, son un complemento a esta estrategia. Todo esto ha sido calculado y preparado con mañosa argucia. No son hechos aislados. Muchos cabecillas de las FARC y miembros del llamado frente internacional de ese grupo, se mueven como pez en el agua por territorio nicaragüense.
La presunta liberación de los tres secuestrados de las FARC, sumado a las maliciosas declaraciones de Piedad Córdoba en Washington y las ofensivas frases de Chávez al respecto, no es un acto humanitario.
Es un artificioso acto propagandístico, mediante el cual las FARC, los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, pretenden manipular los hechos, desprestigiar al gobierno colombiano y dar la sensación ante el mundo entero que las FARC sí quieren liberar a los secuestrados, mientras que el gobierno colombiano lo impide, porque según esa lógica no le interesa.
Intencionalmente, Las FARC mantienen secuestrada a Ingrid Betancur, porque están seguros que ella es el as al que le apuesta el gobierno francés, con la ingenua complicidad de Argentina y otros países.
Mediante esta trama publicitaria, las FARC eluden su verdadera responsabilidad, con su actitud alientan a Yolanda Pulecio –la idiota útil de este proceso- para que siga disparando la artillería hacia el lugar equivocado, y a la vez, pretenden influir en la campaña electoral del 2010 , con el ánimo de vender al electorado la idea que el culpable de que no haya paz, es el 'guerrerista' presidente Uribe, por lo tanto se necesita un gobierno de izquierda abierto al diálogo y a la entrega de la soberanía nacional a los terroristas.
En ese orden de ideas, se podrían seguir enumerando detalles intrínsecos a la marrullera actitud de Chávez, que de paso se está pasando por la faja la dignidad colombiana, pues su chabacanería e irrespeto, denotan que el mandatario venezolano se cree con autoridad para intrometerse en los asuntos internos colombianos, al extremo que sus politizados funcionarios diplomáticos han sido explícitos en participar en actividades políticas de sus correligionarios comunistas en Colombia.
Para evitar el crecimiento de la bola de nieve que ya echaron a rodar las FARC y Chávez, pareciera ser que al gobierno colombiano no le quedara otra opción que recurrir al constituyente primario y pedirle al pueblo, que se manifieste en las urnas, mediante una consulta popular que diga si o no, los secuestrados deben ser liberados sin contraprestación, además, si el pueblo colombiano en su conjunto está de acuerdo o no, que las FARC entreguen las armas y se sometan a la justicia sin ninguna contraprestación.
Es necesario que los cuerpos diplomáticos y consulares salgan de sus comodidad burocrática, para que se dediquen a justificar los elevados sueldos pagados por los contribuyentes colombianos, es decir, para que defiendan con el suficiente ahínco en el exterior, la institucionalidad y para que aclaren a tanto despistado, que las FARC son terroristas enemigos de Colombia y de las libertades individuales.
Sea cual fuere la decisión del gobierno nacional al respecto, lo único cierto, es que se requiere acción, dejar atrás la indiferencia, pedir a la ONU que meta en cintura a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba que han demostrado abierta simpatía con los 'hermanos' de las FARC.
Y en el orden interno, incrementar la acción de inteligencia militar y judicialización del partido comunista clandestino, pues su crecimiento y capacidad subversiva están reflejados en los aberrantes casos de infiltración subversiva en las Fuerzas Militares.
Apoyemos una consulta popular para callar a Chávez y sus presidentes secuaces, a las FARC, a Doña Yolanda, y en especial a Doña Piedad.
Si dejamos solo a Uribe, así no sea lo mejor del mundo, lo pagaremos en la peor forma.
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