AZUL, SILENCIO, MUERTE, CIELO

Me habían dicho que allí debía haber un río.
Yo solo veía tiempo.
Momentos pasados y presentes se contorsionan en una impúdica orgía desenfrenada de imágenes.
Impunes y desnudos se mostraban ante mí, ensayando ora poses de anquilosada senectud, ora cariñosas miradas de niño bueno, ora sugerentes provocaciones de quinceañera en celo.
Por si no fuera suficiente, la lluvia (una manifestación mas del futuro) hace acto de presencia y en su afán de mostrarse, borronea mas y mas las ya informes imágenes que devolvía el sádico caudal.
Entonces lamenté estar ahí.
¿Pero para qué huir?

El tiempo seguía ahí, ante mis ojos, sobre mi cuerpo.
Repentinamente me encontré bañándome, como si nada. Anonadado ante tal majestuoso frenesí, fui testigo de sus alocadas acrobacias. Ahora ya formo parte de esta extraña trouppe teatral, siendo actor principal y a la vez de reparto.
¿Como llegue hasta acá? ¿Me invitaron? ¿Me obligaron? ¿Vi luz y subí? ¿Debo ahora resignarme a sufrir o a gozar?
Ya no comprendo lo que veo, sentidos se entremezclan: ¿ veosientoescuchohuelo, vuelo?

El verde de la pradera ya se tiño del color indefinido del tiempo, del agua.
Ya soy parte de él y poco a poco, la horizontalidad que separa las cosas del arriba y del abajo comienzan a desaparecer.
Atrapado ente el pelo del agua y el cielo, busco nadar.
Agua, silencio, muerte, cielo.
Rojo, amarillo, marrón, vuelvo a vivir. Quiero no querer a los dos extremos, prefiero contemplarlos o ser los dos.
…y transpiro, mas y mas agua, ¿es que nunca se acaba? Ahora es dentro de mí de donde surge. ¿Ya soy parte del tiempo?
Vivo y muero al mismo tiempo, todas las imágenes posibles al unísono traspasan a mí ser, soy aduana de lo que es y lo que ves.
Nado y nado porque no quiero ver el fondo, aunque de la nada este a un paso y quiero ser una eternidad nada mas.
Eternidad y tiempo se entrelazan en las aguas de la memoria.

Miro el caudaloso rió correr rápido y mortal, a su otro margen quiero arribar y para tal empresa deberé cruzar.

AZM
MMVI