Sé que al intentarlo gano, que es la mejor opción,
que algún día debo intentar salir de esta situación.
Sé que si yo quisiera podría llegar a volar,
pero me frenan tus cadenas, no me dejan respirar.
Y aunque escapar de la tristeza pueda ser un buen final,
giro la ruleta y caigo a tus pies, una vez más.
No puedo dejar de soñar, pero me pesan las ganas,
y me hundo en mis deseos, en querer y no poder.
Y es que te sigo y me pierdo,
y si ya te echo de menos cuando a mi lado estás,
imagina si me faltas, no digamos si te vas…
Esclava de tus deseos, concédeme solo un favor:
no me llames otra vez, no me digas quiéreme.
Si es verdad que tú me quieres, no me quemes, déjame:
dame la carta de libertad junto con todas mis risas,
esperanzas, ilusiones, virtudes, imperfecciones…
Permíteme que te borre y olvide que el corazón
se desploma si no siente la llama de esta pasión…
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