Ya no te acercas
a mi manantial
a saciar tu sed
y serenar tu alma.
Divina mujer
que ya has bebido
de mi sangre,
y yo he bebido
en el cuenco
de tus pechos;
ese amor
que me has ofrecido
y con el mismo
te has marchado lejos.
Ya no importa amor.
Estas en tu derecho.
Yo seguiré buscando
esa luz que brille
en su mirada.
Reflejando su alma.
Entonces sabré
que la he hallado
y al fin podré
descansar en su regazo.
Ese será el fin de mi jornada.
Bella eres
y agua para mi doliente alma.
¿Podrás saciar tu sed
en mi manantial?
Nomade…reflejándose en el espejo de su amada luna
Texto agregado el 18-01-2008, y leído por 150
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
22-01-2008
Dolorosa añoranza. Buen trabajo compañero. ] vigia
19-01-2008
Sencillamente perfecto eres poesía en cada letra. Matilde anonadada....besos y****** soymaru
18-01-2008
muy hermoso, sin lugar a dudas en ese manantial hubo muchas noches de pasion.... lobo2099
18-01-2008
Uf!!! qué bonito,Nomade...Me da frío... australi-a
18-01-2008
Un dulce manantial donde calmar la sed de tan ardiente amor.***** almalen2005