(Este texto no pretende herir ningun tipo de sensibilidad. Esta elaborado solo con buen humor y una mirada irónica acerca de ciertas circunstancias de la vida, y sobre el noble oficio de escribir y sus posibles ramificaciones. Al fin y al cabo, es lo que nos ha reunido alrededor de este fogón...)
ANTOLOGIA DE NOTAS DE SUICIDIO
NOTA (NO SUICIDA) DEL AUTOR :
Soy de profesión escritor. De un tipo extinto. Digo extinto como modo de justificar mi ausencia de colegas. Podría decir que soy pionero, pero prefiero ser mas distinguido que innovador. Más raro que loco. Soy escritor de cartas de suicidio.
No es para sorprenderse que me dedique a esto, y mucho menos el hecho que me haya podido ganar la vida con dichos menesteres. ¿Usted que cree? ¿Que dada la condición de suicida, la de poeta viene solita? No, no y no. Digamos que Juan X decide acabar con su sufrimiento, con una vida miserable. Juan X tiene el arma, tiene el motivo y tiene la determinación. Lo que no tiene es la carta. Y un suicidio sin carta, no es un suicidio. Al fin y al cabo, nadie, ni el más humilde de los hombres, quiere que su muerte pase desapercibida. Y eso sin contar con el hecho de que un suicidio sin carta puede parecer un homicidio, y no es cuestión que encima de la congoja una pobre viuda o el infeliz del socio tengan que comerse una investigación judicial, ¿o si?.
Ahora bien el problema de Juan X es que la misma imposibilidad para expresar frustración que lo lleva a suicidarse, se extiende a sus habilidades literarias. Por lo tanto, debe encontrar un medio por el cual comunicarle a sus familiares y allegados que ha decidido dormir el sueño de los justos por decisión propia y a continuación detallar una larga lista de motivos que yo en un principio escuchaba, pero que luego me tome la libertad de, digamos, inventar. En primera medida, por una cuestión estética, de que algunas circunstancias no eran propicias al arte. En segunda medida, porque ya consumado el hecho, el mayor involucrado no estaría en condiciones para iniciar cargos por calumnias e injurias.
En fin, ahí comienza mi trabajo. Me doy cita con el, o los, interesados, (Una vuelta una gente muy simpática de una secta neo satánica me encargo un trabajito para un suicidio en masa), charlamos sobre los hechos cruciales, le tomo los datos (numero de intento, efectividad de los intentos anteriores, etc.), y me pongo manos a la obra con la misiva correspondiente.
Me gustaría señalar que el objetivo de este libro, señoras y señores, no solo es ampliar mis lectores, diversificar mi público. Es verdad que estoy un poco harto de nunca firmar con mi nombre (gracias a dios), y de que mis lectores se limiten a llorar amargamente como todo comentario de mi obra. Pero también tengo otra razón para crear esta Antología de las mas sublimes cartas de suicidio. Quiero que todo el mundo vea, hasta que punto la gente encuentra pocas excusas a la hora de quitarse la vida.
PRIMERA
Amada Glenda:
En estas líneas espero yo dejar plasmado mi pesar, que como un verdugo implacable, hará silbar el hacha argenta sobre mi cuello.
Podría decirte Glenda, que el recuerdo del dulce sabor de tus labios me mantiene con vida solo el tiempo suficiente para explicarte mi adiós definitivo. Podría contarte cuan duro ha sido convivir con la ausencia de tus placidas manos, como palomas, sobre mis hombros. Podría decirte tantas cosas mi amada, pero dudo que te importen en este momento de abnegada desolación, culpa y espanto. En todo caso, una de las cosas que si te diré, es que te perdono, vida mía.
Con fines mas prácticos, lo que si te diré es que he olvidado pagar la luz, el cable, el gas, el servicio de Internet, las suscripciones a mis 10 revistas de bonsái y feng shui, la hipoteca de la casa y los impuestos municipales. También he hecho unas compras por Internet, que ya veras en nuestra cuenta de Visa. Solo se trata de una hamaca paraguaya hecha con autentico hilo sisal (el de atar el matambre), que sale 6000 dólares, porque se presume que la utilizó la mismísima Britney Spears en su ultimo viaje…a las Bahamas, claro. También compré unas preciosos espejitos de colores de lo más decorativos, importados por Christopher Columbus Inc., por 3000 euros. Y como un regalo a tu virtud, mi bella Glenda, un compañero de por vida para ti. Un can excepcional que lleva mi nombre, un hermoso y bravo Doberman que hice entrenar rigurosamente con dieta forzosa, látigo y una foto tuya. El precio del pichicho es de 5000 pesitos, entrenamiento incluido (los posibles (y probables) gastos médicos son aparte). Claro que la mansión y el auto son tuyos, pero te advierto que quizás debas venderlos para pagar las deudas de juego millonarias que contraje esta última semana. Como consuelo solo te digo, que me costo un esfuerzo enorme apostar tres millones de pesos en el Punto y Banca. Como sabes, jamás me han gustado los juegos de azar.
Has el favor de saldar esas deudas ya que yo no podré. Como ya te dije, tu último beso solo me dejo tiempo para escribirte esta carta.
P.S.: Olvide mencionar que tu y mi mejor amigo pueden sentirse libres de cargo y culpa. La policía no los molestará ya que ninguno tiene ahora un móvil para querer matarme. Mi seguro de vida, esta a nombre de la S.P.C.A. (Sociedad Protectora del Canguro Africano).
Siempre tuyo, Roberto
(PARA PESAR DE MUCHOS, CONTINUARÁ...)
MarMaga (alias: Marianela Daraio) |