Vuelve el pasado a darme una patada por la espalda. A recordarme que sigue ahí que no se ha ido. Me habla al oído me explica lo que pasó Y no sé si creerle, me confunden las voces que me rodean. Camino sin rumbo. Me persiguen las miradas, pero no siento nada. Mi piel se acostumbro a llorar sin ojos. En el bosque solo algunas plantas crecen sin luz.
Texto agregado el 18-01-2008, y leído por 107 visitantes. (2 votos)