Renacentismo
Y ella estaba sentada en medio del parque, esperando un poco de atención. –hola! Le dijo él, que asintiendo con la cabeza, esperaba una reacción tan entusiasta como la de el mismo. Ah hola! Eres tu?, eh! que haces por aquí? -Bueno, solo paseaba, y trataba de despejar la mente un rato, como te ha ido?, m...muy, muy bien. Las preguntas que hacia comenzaban a molestarla un poco.
(Que mas da que años atrás hubieran tenido un encuentro tan apasionado como clandestino, y que sus vidas hubieran tomado caminos diferentes de manera tan abrupta).
-esta mas gordo- pensó, y haciendo un gesto amable replico: -te ves muy bien! Sigues soltero? Como lo sabes dijo el, claro! porque no llevas anillo ni nada de eso.
Un rato después, y al comenzar a sentir esa terrible y desoladora sensación de no tener que decir, ni contar nada, se despidieron.
Al día siguiente, repitiendo su rutina sosa monótona, seguía sentada en medio del parque mirando los árboles y los secretos que esconden dentro de si, parabienes de afecto, un grupito de ardillas buscando comida por el pasto citadino.
Fue entonces que lo vio, en un instante de lucidez, por fin lo vio, reconoció toda la cantidad de emoción contenida en un instante, todo el amor no entregado, y la frustración de no haber concretado una relación duradera por largo tiempo.
En un rapto de locura, decidió llamarle, gritarle, rogarle o tal vez solo decirle cuanto lo quería, por eso decidió correr hasta el teléfono mas cercano, pero se dio cuenta, que el parque estaba en medio de la nada, llena de terror empezó a sudar frió, a punto de desmayarse, comenzó ese dolor, ese terrible dolor en los oídos, que haciéndose cada vez mas fuerte, la hicieron desmayar.
Son las 9 de la mañana!! Le gritó, mientras ella envuelta con las sabanas, Se había dormido con los audífonos puestos.
Miró el techo, y se quedo en la cama hasta muy entrada la noche, sin moverse siquiera.
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