OTRO TEXTO DE MER
Mi historia de amor
Tropesè y caì. No encontraba mis anteojos que usarlos era una perdida de tiempo, ya que no me ayudaban con mi visión.
Esos anteojos los habìa comprado en una tienda barata. Usarlos era igual a no usarlos, veìa exactamente igual. Seguro que esos anteojos me hicieron tropezar con esa piedra que medìa cinco centímetros de alto, pero yo no la vi o, la vi pero a cuarenta pasos de distancia.
En fin, no encontraba mis anteojos cuando, se acercaron a mi. Los agarrè, me los puse y, por primera vez, tuve una visión clara.
No sabìa si creer en mis ojos, ya me hecho caer. Pero decidì creerles. Me enamorè de aquel chico que se acercò para ayudarme a ponerme de pie.
En fin, aquel chico, era un jugador de rugby, amor casi imposible, pero fuè totalmente imposible cuando me enterè de que èl capitán del equipo de rugby de la escuela.
Mi amor era imposible ya que el no se podría enamorar de una chica comùn o nerd, como yo. El se enamorarìa de una porrista que no saben nada, solo cuantos kilos tienen que bajar para que les entre el talle mas chico.
En mi escuela las llamamos “PLASTICAS”, tìpicas chicas bonitas con cuerpo de barbie y cerebro de cabra.
Pero no me di por vencida, tratè de que mi rugbysta se fijara en mi mas de lo que ya lo habìa hecho.
Así que me propuse a hablarle aunque sea una palabra para que sepa que existo.
Miles de formas para hablarle se me ocurrieron pero la mas exitosa fuè hacerle preguntas de su deporte favorito (rugby). Pero sus respuestas no fueron las esperadas, la oración mas larga fuè :-¿ Seràs periodista cuando termines la escuela?. Mi respuesta fuè :- Es para un projecto para...FÍSICA”. Luego se fuè y me dejò con tres preguntas en la boca.
Creo que deberìa intentar otra forma pero no saludarlo cada vez que descanse luego de un intenso partido de rugby.
Pronto se me ocurrirà algo que lo haga enamorarse de mi.
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