La buena vida,
dientes condimentados por situaciones memorables.
¿a qué sabe la inmortalidad?
"-Buen pescado señor.
-Muy sabroso si agregas unas puntas de acacias: le dan un gusto a bosque viejo.
-Ese era el saborcillo…
-Claro. Marino, dime, ¿Qué era esa cosa gris de la cual escapaste?.
-El artefacto metálico… mi nave de persecución sigilosa.
-La guerra…. Sabrás que esta es mi isla-observatorio. Desde aquí he visto muchas cosas de tu guerra. Lo mas impactante fue aquella vez que varo un barco, en el lado oriental del archipiélago.
-¿Cómo dice señor?... ¿Qué varo un barco?.
-Si, como lo oyes. Esta siniestrado. No hubo sobrevivientes. El oleaje lo tiro ahí. Parece una gran ballena oxidada.
-Debe ser un centinela.
-¿Un centinela?.
-El enemigo señor. Esos fueron los bastardos que hundieron mi nave y a todos mis compañeros… excepto yo.
-La suerte es ciega en momentos limites. Escoge al azar. Saliste premiado marino.
-No lo se… ¿Quién es suertudo en estas condiciones?.
-El que respira marino… el que sigue respirando.”
Dulces mil vidas,
hermosos pasajes de tiempos no explorados listos para ser vividos.
¿Cómo estuvo la merienda señores?.
Texto agregado el 16-01-2008, y leído por 213
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