La vida no es un accidente. Es el largo recorrido del espermio cósmico que se asentó como referente, en el útero planetario.
¿Lo trajo un cometa vagabundo? ¿O millones de estrellas fugaces?
Todas fértiles vibrantes en vida.

Si, ese fuego primigenio en donde Gea estaba sumergida, Se convirtió en caldo de cultivo. Cuatro elementos, solo cuatro, dieron origen a la vida.

Es así como las combinaciones de este caldero, ayudado por el más poderoso en Gea. El agua acumulada por millones de años de lluvias continuas en una atmósfera aún irrespirable por los gases volcánicos. Hizo posible más la mano de Aquel dueño de los universos, que la vida comenzara su largo camino ascendente hasta nuestros días, con el ser humano ubicado en la cima de la pirámide.

Aún tenemos un largo camino que recorrer pues estamos en la encrucijada del camino. O nos vamos cuesta abajo hasta desaparecer como especie o seguimos la ruta trazada señalada por el árbol de la vida inserto en nuestros genes y cromosomas, junto con nuestra mente agregada a nuestro espíritu de búsqueda y a nuestra curiosidad mamífera.

Tengo la fe y el convencimiento que tomaremos la ruta correcta y saldremos de nuestra madre tierra, hacía otros planetas y estrellas llevando los mismos elementos para sembrar la vida. Ese es mi pensamiento y la fe que tengo en el espíritu humano, junto con todos nuestros hermanos menores, que vamos navegando en este mismo barco.

Nomade…soñando con los devenires futuros