Asumí la derrota con esa sonrisa, busqué escapar y miles de maneras más, pero soy un caballero y tengo voluntad, seguí mi camino.
En esos fortunios de la vida, en una convocación real, fuí invitado por mis trabajos hechos y mis victoriassiendo nombrado y reconocido. Fuiste con ese muchacho, al cual lo salude lejanamente, en un momento en que él estaba por allá y tú en el balcón dibujando, ese hobby que tan bien te sale y dominas, me acerqué para comentarte sobre tus dibujos, mi miraste y yo me quedé callado, pero con tu mirada decías muchas cosas, había una confusión y había un enternecedor abrazo que no lo actuaste. Conversamos toda la noche y entramos sonrientes al baile. Tomé mi posición, pues ese muchacho se acercaba a bailar contigo. Te dije adios.
Los días pasaban y nuestras conversaciones se hacían más agradables y personales, hasta que un día me comentaste que habías terminado con ese muchacho, me sentí tan bien, tan tranquilo, pero había un problema, yo estaba con alguien, con una muchachita del pueblo. Empecé a sentir duda en mi corazón, estabas tú y ella, pero tú te hacías más presente, comencé a alejarme de ti y de ella también pero me alejaba con la mirada, pues mi cuerpo aún seguía a tu lado.
Al pasar el tiempo, viajaste a visitar a tus parientes y me confesaste que tu me amabas, quedé perplejo y ese día me entregaste una carta expresandote totalmente y que durante el viaje te olvidarías de mi, porque pensabas que yo sufría por la muchacha.
A la mañana siguiente envíe un mensajero con un sobre para ti, donde decía y afirmaba lo mucho que yo también te amaba. A los días me llegó tu respuesta, donde especificabas que no me podías creer y que te había confundido, respondí tu carta y acordamos que veríamos cuando llegases manteniendo nuestras esperanzas.
Lo primero que hice al verte fue tomarte de la mano, llevarte a mi rincón favorito y comenzó la batalla, me declaré abiertamente y no me creías, te repetí lo mucho que te amo y dudabas aún, hasta que tomé tu mejilla y estuve media hora tratando de besarte para que pudieras creerme.
Llegó el acto y te abrazé fuertemente sin soltarte y te besé con miedo, nervio y pasión.
A los días siguientes de haber comenzado nuestra relación, de improvisto te pedí que nuestra relación sea más concreta, me miraste con lágrimas en los ojos y aceptaste dandome un beso y fuerte abrazo con tus pequeños brazos. El día más feliz de mi vida.
(Continuará)
Mr. Doctor________History of love_ |