El Sentenciado de 1984
Hay pájaros que vuelan en busca de su jaula,
tiempos que nos desgastan las piernas en pleno maratón,
felicidades alejándose a medida que las perseguimos,
tristezas acorralándonos mientras nos alejamos,
alaridos y vidas que gritan pereciendo junto a los sótanos,
¡Silencios que acompañan en la noche cuando la soledad nos abandona!,
angustias que llenan el vacío de estar aquí...
Luego las cobijas tendidas o destendidas,
noche insomne o cálido sueño,
te han saqueado o eres el más rico del barrio,
este viaje no tiene escalas, ni siquiera se necesita de equipaje,
con alejarse basta, pero nunca estaremos lo bastante lejos,
porque irse es venir doblemente..
...Y después vendrá la mañana,
con el -buenos días, que nos entierra y nos salva,
seguiremos despertando con las pestañas quemadas,
los labios partidos,
la sal en las mejillas,
y un par de zapatos debajo de una cama;
recordando la vez que abrimos los ojos para jamás volver a cerrarlos.
A Iravis Abatel.
Pequeña florecita,
aventurera infatigable
de sus propias pesadillas.
Adverick B. |