Habrás leído algunos relatos de los miles, que incluso no conocemos, de parejas que se relacionan por la red. Muchos de ellos llegaron a buen puerto, otros en cambio, naufragaron en el intento.
Aunque pudiera parecer una de tantas, te aseguro que la historia que vas a leer es distinta, única, si hasta podría parecer fantástica en la extensión de la palabra.
La que te voy a contar es una historia sin principio ni final, de aquellas que te marcan hasta el fin del fin.
Apareció en mi vida una noche de invierno cuando el frío calaba los huesos y el alma, entonces, pensaba que ya no había mucho que esperar para mi corazón tranquilo y resignado a la soledad. Sin embargo el destino, o los ángeles, no habían dicho la ultima palabra... ¡ Ahí estaba él!
Distinto, como nadie, su Nick por alguna razón provocó en mi cierta inquietud y acepté su llamada. Charlamos un rato sin encender las cámaras, fue una charla tranquila, salpicada de humor y un relato que me contó, en el que me hacia ver que la mujer es dueña de su propio destino. No se como pasaron las horas dos, tres, tal vez cuatro... esa noche me costó conciliar el sueño, ese hombre fantástico me dejó llena de inquietudes. ¿Era un ángel?, ó un duende? ...más que eso, era mi voz Interior. Un fabricante de sueños que vino a transformar mi vida.
Desde entonces pasaron dos años, charlas de amanecida, algunos silencios esporádicos, luchando con mis sentimientos que a poco andar ya estaban muy arraigados en mi corazón. Entonces no podía sospechar el rumbo que nuestra aventura cibernética nocturna podía tomar. Dos personalidades y mundos completamente distintos; él, un ser lleno de luz, ameno, dinámico, ingenioso, inquieto por naturaleza, poco a poco colmó mi existencia apagada y vacía de una energía inédita y fascinante.
Al cabo de unos meses de idas y vueltas, de encuentros y desencuentros, me sorprendió una noche diciendo que quería viajar a Chile y conocernos. Casi no podía creer que el sueño de abrazar a mi ángel se convertía en realidad. No era fácil para él hacer este viaje, primero, porque tenia una vida familiar aparentemente establecida y segundo, porque su trabajo independiente no le permite el lujo de ausentarse; pero ahí estabamos planeando nuestro encuentro real. Al cabo de diez meses de aquel 27 de agosto; noche que nos conocimos en la red; nos estrechamos en un nervioso pero esperado abrazo; fueron los días más maravillosos que ni en sueños pude imaginar. Nunca me sentí tan contenida y amada. Entonces me confesó que su vida no era tan perfecta como yo suponía. Amar a ese hombre en tan pocos días fue la razón de mi vida, todo giró en torno a su presencia, sabiendo que su partida dejaría un vacío aun mayor del que me rescató. La despedida era inevitable y aunque no nos atrevimos a pensar en ese momento mientras estuvimos juntos, la hora llegó... los días posteriores no quiero recordarlos, sentía que se me iba la vida. Nos seguimos encontrando en Netmeeting y cada día era más difícil aceptar que eso era todo y ya esta, no había mas nada que hacer. Tenía que cerrar ese capitulo en mi vida a costa de salir lastimada...
Vinieron cuatro largos meses de silencio, no respondí a sus cartas, tampoco al teléfono... era un suplicio verle conectado cada noche y no llamarle. Angel había llenado mi vida de música, relatos, filosofando sobre lo humano y lo divino, había encendido la llama del amor, ¿cómo haría para vivir sin su presencia aunque fuera a mil kilómetros de distancia? La casa, donde vivimos juntos 10 días. ¡Mi casa!.. No, ya no era mi casa sin él... cada muro, cada habitación, el escritorio de la computadora donde muchas veces me acerque por su espalda y lo abrazaba por los hombros, mientras escribía en este teclado... nada tenía sentido sin su presencia... quería refugiarme allí y no hablar con nadie; necesitaba estar sola para pensar y recordarle; sin embargo también era urgente escapar de ese lugar... ¡Tenía que hacer algo para no enloquecer de dolor y angustia!
Así como nunca me sentí tan amada por él, jamás tuve tan grande sensación de soledad y desamparo como entonces. Decidí abandonar mi casa y mi ciudad. Necesitaba romper con los recuerdos y los breves meses que me permití soñar y creer que podía ser feliz de otro modo que no fuera la tranquilidad de mi soledad, ¡como si huyendo de allí pudiera escapar también de su amor!.
Una tarde, instalada en mi nuevo hogar, volví a conectar Netmeeting, asegurándome que no estuviera en el Directorio, pero nuevamente el destino o, los ángeles, hicieron el milagro, no pasaron dos minutos y estaba Mi voz interior, llamándome, el corazón me dio un vuelco del cielo a la tierra, no recuerdo cuanto tiempo pasó antes de aceptar su llamada.. . ¡temblaba entera! -Mi amor, cómo te extraño- pensaba sin decidirme a responder,
En esa charla me confidenció que había pasado unos meses muy difíciles, que no dejó de pensar en mí, que su matrimonio - independiente de lo nuestro - no estaba marchando bien y pensaba separarse. Veladamente me hizo saber que me necesitaba y que no lo dejara solo. ¿Cómo dejarlo?, si yo no podía seguir sin él... Seguimos charlando y en pocas semanas yo estaba preparando mi viaje a Argentina para encontrarnos por segunda vez comenzando el año. Desde entonces, juntos nos atrevimos a soñar con un futuro compartido, soñar a su lado no resultaba difícil, en poco tiempo esos sueños, se convirtieron en planes con forma de familia, Su mujer por su parte, le había confesado su reencuentro con un amor de juventud y que ya no lo amaba. También él se atrevió a confesarle que en su vida existía otra persona. Todo parecía más o menos resuelto, sin embargo y como es de suponer, el desintegro de una familia siempre deja resentimientos que en algún momento salen a flote. El mes siguiente, febrero, Angel cumplía años y cual no fue mi sorpresa que contra viento y marea, se vino a Chile a pasarlo conmigo; esto le trajo consecuencias que hasta hoy le pesan. Cada vez se nos hacia mas difícil estar separados y nos arreglábamos para poder vernos. En abril volví a viajar, ya para entonces estaban hablando del divorcio con la esposa. Todo parecía marchar, aunque con dificultad, por el camino que habíamos trazado.
Nuestras charlas de cada noche acortaban en parte el tiempo y la distancia que nos impedía estar juntos. Pero la distancia llegó a convertirse en una temida enemiga; pone fantasmas en la imaginación y siembra dudas e incertidumbres. Un nuevo silencio angustiante nos separó y esta vez parecía definitivo. Atrás quedaban sueños e ilusiones. Me costaba aceptar que otras mujeres, como yo, pudieran querer y admirar a mi Angel, que era la razón de mi vida, tenía temor y ese temor muy luego se transformó en celos incontrolables que ponían una coraza contra el dolor. Reconozco que esto comenzó a matar el amor y la confianza que hasta entonces tenía en mi, no obstante, íntimamente seguíamos pensando que valía la pena un nuevo intento. Dos largos meses, nos hicieron sentir la ausencia del otro y volvimos a hablar, aunque con cierta reticencia, poniendo cuidado en cada palabra y gesto para no incomodarnos. Entre tanto, su aversión a la soledad lo hizo buscar compañía en otras mujeres y esta vez no fue en la red, intuí que así sería, y una noche de charla me lo confesó. Se que esto fue determinante en nuestra separación definitiva. Ya no volvió a ser el mismo. Una noche no conectó, quise suponer que cansado se había dormido temprano, al día siguiente tampoco lo vi, no hubo ni un mensaje, como solíamos hacer cuando no nos veíamos. Decidí enviarle un mensaje al celular pensando que tal vez algo le había ocurrido, estaba preocupada y cual no fue mi sorpresa al abrir el correo y encontrarme con un párrafo de la charla de un chat que tuvimos, cuando la vez anterior yo daba por terminada nuestra relación, solo que esta vez me la enviaba a mi... Muchas interrogantes vinieron a mi mente, sabiendo que estaba conectado, le envíe mensajes preguntando que había sucedido, no hubo respuesta. Fue la noche mas larga de mi vida, elucubrando en la causa de su reacción. Al día siguiente me dejo el siguiente mensaje, sin darme posibilidad a conversar:
Creemos algunas mentiras por muchas razones, pero sobre todo porque queremos creerlas.
NADIE TIENE MAS POSIBILIDADES DE CAER EN UN ENGAÑO QUE AQUEL A QUIEN LA MENTIRA SE AJUSTA CON SUS DESEOS.
Entiendo que prefirió escudarse en algún pretexto, para no reconocer que ya no siente el mismo amor por mí. Me hiere que haya elegido terminar de este modo, pero lo respeto. Me duele que me hiciera ilusionar con un nuevo encuentro cuando no lo deseaba. Cuando la situación estaba complicada se veía más tranquilo, porque la posibilidad de concretar nuestro proyecto parecía lejana, a nadie le comento que nuevamente estabamos juntos, claro, él sabía que no iba a durar mucho tiempo.
De todos modos me hubiera gustado decirle que lo entiendo, que fui yo con mis inseguridades quien generó todo esto. Somos muy distintos y seguramente se dio cuenta que a mi lado no sería feliz como soñaba. Del mismo modo que quiso enseñarme a ser feliz, en lo profundo de mi alma deseo que encuentre su destino y pueda al fin hallar su Playa de los Sueños.
©eleangel |