Al recordarte pienso y las lágrimas inevitablemente circulan lentamente por mis mejillas. A vos abuela…por lo que te di o pude darte se me estremece el corazón y el alma, por lo que no te di o no supe darte se me eriza la piel.
Disfruta desde allí donde te encuentras de mi mirada perdida en el horizonte cuando te pienso, de mis silencios y si es necesario, construiré una escalera transparente hasta el cielo y bajare una estrella para alegrar tu corazón y si es necesario por las noches me sumergiré en mis sueños para irme contigo y abrazarte fuertemente y al otro día levantarme con una sonrisa en mi rostro porque logre sentirte aunque sea a la distancia…

Aunque hoy la vida nos separe, por enormes paredones lugrubes. Al recordarte no hay barreras que impidan producir ese cosquilleo en mi piel y ese llanto que brota de mi corazón. Vos esa mujer que me había dado todo lo que pudo afectivamente desde que era un bebe hasta convertirme en una mujer, hoy te encuentras tras paredones sombríos, que muchas veces necesito cruzarlos para mirar ese rostro aunque sea un instante.
Al alejarme de ese lugar misterioso donde suelo pasar horas sola visitándote, levanto la vista, y las cenizas del recuerdo dibujan en el cielo una estela de estrellas con las letras de un te amo…