(décimas espinelas)


Hoy me detuve a pensar
en el viejo Mostrador
como ese amigo o señor,
donde me supe acodar.
Donde supe meditar
muchas cosas de la vida,
donde encontré una guarida
junto al estaño esquinero,
y ante un truco, dije quiero
cuando se dio la partida.

Vos escuchaste el chamullo
que se le hizo a la percanta,
vos escuchaste al que canta
y a aquél que arma barullo.
Realmente vos sos mi orgullo
de todo el tiempo vivido,
de los años transcurridos
de alegrías y emociones
y temblar de corazones
en un encuentro de amigos.

Vos has sido el confidente
de aquella mujer hermosa
muy alegre y primorosa
que siempre llevo en mi mente.
y aun la tengo presente
en mis horas de lirismo,
aunque exista un gran abismo
cuando estoy allí acodado
siento tenerla a mi lado
charlando conmigo mismo.

Todos te fueron dejando,
una marca por recuerdo
pero el tiempo al paso lerdo
jamás pudo irlos borrando.
De a poco fueron quemando
tu tapa de puro brillo
vos que fuiste tan sencillo
y que a ninguno has daña’o,
si hasta un malevo taima’o
te marcó con su cuchillo.

Cuando tenga que partir
porque llegará el momento
se que voy a estar contento,
y hasta voy a sonreír.
No me gustaría sufrir
realmente sería un horror
pero le pido al Creador
en mi día señalado,
que me encuentre allí acodado
pegado al viejo Mostrador.

14 / JUN / 2007